El marchenero Joaquín Santiago Fernández sufre una situación angustiosa. Después de un reciente expediente del Ayuntamiento que lo obliga a abandonar la casa familiar en la que vivía, en calle Arahal, por el mal estado de la construcción, se ve, junto a su esposa Aroa Sánchez López, que padece problemas de salud, sin una solución alternativa a su problema. En un principio, el Ayuntamiento les consiguió alojamiento por cinco días en la hospedería de Santa María, si bien el ente municipal, finalmente, ha proporcionado el alojamiento durante un mes, que concluyó ayer. Joaquín y Aroa estiman que la ayuda se debe prolongar de una manera más estable en el tiempo por su precaria situación económica y se muestran dispuestos a contribuir, aclarando que “no queremos que nadie nos dé nada para toda la vida, sino unos meses para que podamos estabilizarnos y salir adelante con dignidad”. La Fundación Secretariado Gitano, conocedora del caso, subraya que “esta familia necesita ayuda para pagar un alquiler para que pueda habitar él y su esposa en una vivienda digna, hasta que le puedan otorgar una vivienda pública”, y así lo hicieron saber al Ayuntamiento en detallado informe que presentaron en julio de este año. “Es necesario que le den trabajo en el Ayuntamiento más que puntualmente para que pueda generar algún derecho de ayuda social”, añadía la fundación en ese informe. Joaquín y Aroa, cuentan esta semana con ayuda de Cáritas para el alojamiento, pero se mantienen profundamente preocupados por un futuro incierto, después de que un auto judicial de 26 de octubre ordenara, en el plazo de diez días, el apuntalamiento del techo desplomado y habitaciones anexas, sin que éste se haya llevado a cabo aún. Joaquín ha obtenido trabajo como empleado del cementerio municipal desde mediados de octubre por dos meses, pese a lo cual la situación económica sigue siendo precaria. Tanto Joaquín como Aroa han emprendido una intensa búsqueda de alquiler, sin suerte, y han intentado que el Ayuntamiento les ayude dándoles cabida en una vivienda social o solución a través de alquiler social que ellos mismos pagarían en parte, mientras que el Ayuntamiento se comprometió por escrito a colaborar en la búsqueda de un alquiler y en pagarlo “los primeros meses” en caso de que estas personas lo encontraran. Por su parte, Cáritas se compromete al peritaje gratuito de los daños producidos en la vivienda de calle Arahal, que seguirá afrontando no obstante el Ayuntamiento, y a ayudar en gastos de su reparación, así como a destinar ayudas en rehabilitación, arreglos y pago de alquiler, además de ayudas en mobiliario y en pagos de facturas, siempre que el Ayuntamiento les ceda a Joaquín y a Aroa una vivienda pública o social. Este medio se ha puesto en contacto con Alcaldía, a la que se le han transmitido varias preguntas concretas sobre el caso, ante lo que se nos transmite que la alcaldesa no realizará valoraciones por estimar que se trata de un caso delicado y de ámbito particular. Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Marchena, que no entra a valorar cuestiones concretas caso, nos transmite que desde esta área “se ha ayudado muchísimo” a Joaquín y Aroa y que siguen trabajando para seguir ayudándolos.