“Capitán de los valientes” es la canción que el cantautor marchenero, Rubén Gallego, conocido con el nombre artístico de La Sonrisa de Abril, dedica a su alumno de música, el pequeño Antonio sin olvidar a los sanitarios y fuerzas de seguridad que los atendieron y a la alegría de vivir. La canción es todo un alegato a luchar, en este caso y en otros muchos, por supuesto, “codo con codo la alegría de vivir”, a ver flores de azahar tras las piedras, a agarrarse con fuerza a los faros en el camino, a llenar de esperanza esta vida irracional, como reza y se deduce de una letra que vuelve a mezclar delicadeza y energía como los mejores temas del cantautor marchenero, esta vez desde una implicación personal que le ha brotado de forma natural desde las entrañas.
Para el cantautor, los dramáticos sucesos ocurridos en la cabalgata de Reyes, al igual que para el pueblo de Marchena, resultaron de un gran impacto emocional que se vieron acentuados al conocer la noticia de que una de las personas gravemente afectadas era su alumno de 6º curso de música con el que guarda una relación cercana, así como con su familia por el vínculo musical que tienen al ser Antonio tamborista de la banda del Dulce Nombre y que precisamente, ese día, iba radiantemente de estreno y lleno de ilusión.
Poco después, al cantautor, llegaron noticias de que estando Antonio convaleciente en el hospital, éste comentó que “nunca más volvería a tocar el tambor”, lo cual llenó alta sensibilidad a Rubén Gallego, quien decidió escribir y dedicarle esta canción con el fin de motivarlo y sacar de nuevo esa “alegría de vivir”.
“Capitán de los valientes” se convierte así en un canto a la esperanza, en un luchar codo a codo antes las adversidades y las piedras del camino y en ella, el pequeño Antonio, se convierte en “héroe sin capa”, en el “general de la ilusión, en ese faro en el camino que ilumina la razón”, de esta vida a veces irracional, pero que con fe y esperanza el mundo vuelve a girar y a bailar.
“Verlo corretear de nuevo por el patio del recreo perfectamente integrado con sus compañeros, sonriente y feliz, es como ver un milagro lleno vida hecho realidad”, comenta el cantautor. Por eso, a pesar de la tragedia, que lo fue, añade “los milagros en esta vida, a veces irracional, también existen”.
En la canción Rubén Gallego, no quiere olvidar la enorme labor que realizaron y realizan día a día los sanitarios y fuerzas de seguridad que atendieron y así hace referencia a ellos como esos “ángeles de la guarda que regalan el alma envuelta en pasión”.
La canción fue escrita prácticamente en una tarde, cuando las musas vinieron a visitarlo, en esa necesidad de volcar y sacar ‘pá fuera’ todo ese mundo interior altamente sensible que el cantautor llevaba dentro.
El tema musical ha sido compartido en la red de Facebook de La sonrisa de abril más de un centenar de veces y ha tenido una alta aceptación en un pueblo que ha tomado como sentir propio y suyo el contenido que su letra y la bella melodía que despliega y transmite. En la producción, ha participado su actual productor Álvaro Gandul, de Estudios Gandul, el cual ha colaborado generosa y altruistamente en ella.
Agradecemos a Rubén que nos transmita tan bellas e íntimas emociones a través de su música, y ese sentimiento compartido que nos redobla de alegría, como escuchar los toques de tambor cada vez que vemos a Antonio, anoche mismamente, en las filas de su Agrupación Musical Dulce Nombre de Jesús con Marchena ya impregnándose de Cuaresma en una atmósfera que empieza a romper en primavera.