
Imágenes: Antonio el “Cujón”, Cueva del Sacromonte, Caracol y Lola Flores.
EDUARDO TERNERO. LA VOZ FLAMENCA. Los andalusíes, cuando Andalucía y algunas comarcas de Despeñaperros hacia arriba respiraban árabe, llamaban ‘samras’ a las fiestas nocturnas, a los eventos de velada, a los acontecimientos festivos… y, fueron los moriscos, aquellos musulmanes conversos quienes siguieron usando esa palabra para denominar a sus fiestas tras la apropiación de las tierras de Al-Ándalus por las tropas cristianas. Fueron sus bailes y sus cantes, en saraos y fiestas, donde las Zambras se siguieron cantando y bailando; pero ahora, lo hacían en la oscuridad de las cuevas del Albaicín, del Sacromonte granadino, por el pueblo que se ocultaba, que seguía haciendo lo que siempre había hecho y que el mundo cristiano le negaba.