Subir la cuesta de enero se está convirtiendo en algo más dificultoso que ascender al K2. La subida de precios de los carburantes, la luz, los alquileres y sobre todo los alimentos están poniendo en jaque la economía de las familias.
Con los sueldos en picado y los precios en alza, resulta imposible tener una economía saneada, sin realizar gasto extraordinario alguno.
Los políticos deberían priorizar esta cuestión que mantiene en un constante malestar a las familias a las que llegar a fin de mes es cada vez más difícil.
Nos están metiendo en un túnel sin luz al fondo.