Los músicos de la Agrupación Musical Dulce Nombre de Jesús precedían a la carroza del Rey Baltasar anoche en la Cabalgata. Junto a parte del público presente, algunos de sus integrantes fueron los más afectados, ya que los momentos de incertidumbre que se vivieron fueron tremendos. Fueron a quienes les tocó estar más cerca de los hechos y sortearon instintivamente el tractor. José María González Torres fue uno de esos músicos veteranos que no dudó en poner su integridad aún en mayor riesgo para salvar a niños de las filas de tambores, de las últimas de la Agrupación antes de los bombos y retiró a la desesperada a uno de ellos, Aitor. Su madre, María del Carmen, expresa en una emotiva carta un agradecimiento que es de por vida a José María y cómo se vivió el momento, entre una angustia impactante y multitud de llamadas telefónicas: "La noche más bonita del año se convirtió en una pesadilla que será muy difícil de olvidar", expresa esta madre, que envía también su más sentido pésame a los familiares de la mujer fallecida. (En la imagen, José María González, ayer, en el transcurso de la Cabalgata, mirando hacia atrás).
Te levantas con ilusión. La Agrupación de tus hijos toca al Rey Baltasar en la Cabalgata. Para Aitor es su primera vez, va detrás con su tambor. Javier ya es todo un veterano, y va delante , con su trompeta. Llevan todo el año ensayando con mucha ilusión para este día.
Te vas a trabajar y cuando vuelves, ya se han ido. Quedan muy temprano con sus compañeros, para pintarse sus caras unos a otros. Los ves por sitios diferentes porque no te quieres perder esas caras de ilusión. Esos bailes, esas marchas, esas risas. Te vas a otro punto donde los vuelves a esperar. Pero no llegan. Llega la llamada de tu hijo mayor. "Mamá estamos en la resbaladera de san Jerónimo. El tractor se ha quedado sin frenos y se ha llevado gente por delante. Mamá tranquila, el hermano y yo estamos bien, mamá no corras, mamá por favor tranquil". Mamá sale corriendo, en tacones, desde la otra punta del pueblo.
No fui consciente de lo que había pasado hasta que no llegué al sitio. La imagen era dantesca, horrorosa.
Yo no los encontraba, le gritaba a un policía fuera de servicio, que estaba allí ayudando, ¡por favor mis niños, dónde están mis niños!
Cuando conseguí encontrarlos, ellos ya estaban junto a su padre y sus abuelos . Me senté en un poyete y sólo sabía llorar. Mi padre me decía ..."míralos, ellos están bien".
Nos fuimos de allí. Los tenía que quitar de allí. Ya en casa , empezamos a hablar algo, a llorar , a expulsar, a intentar tranquilizarnos. Y te dice el mayor, Javier, "mamá "Paía" le dió un manotazo a Aitor y lo quitó de en medio".
Entonces hablas con ese chaval, José María González Torres, y le das las gracias, porque le ha salvado la vida a tu hijo. Él no es consciente, él dice que hizo lo que le salió en ese momento. Pero se lo tengo que agradecer toda la vida.
También agradezco mucho todas las llamadas de gente preocupándose por mis niños.
La noche más bonita del año, se convirtió en una pesadilla que será muy difícil olvidar.
Mi más sentido pésame a la familia de la mujer fallecida, y deseo una pronta recuperación a todos los heridos.
La vida es cruel a veces.
Marchena está de luto.