El Jueves Santo fue especial también para la Guardia Romana del Dulce Nombre de Jesús, que como otros muchos colectivos cofrades, volvía a la calle tres años después, nuevamente capitaneada por Miguel Manuel Guisado Arispón.
El Jueves Santo fue especial también para la Guardia Romana del Dulce Nombre de Jesús, que como otros muchos colectivos cofrades, volvía a la calle tres años después, nuevamente capitaneada por Miguel Manuel Guisado Arispón.
Con estas palabras de recuerdo a los fallecidos tras la pandemia y de arenga a su tropa, el capitán de la Guardia Romana del Santo Sepuclro, Manuel Moreno, recogió el sentir después de este período antes del pasacalles hacia Santa María y acompañar al Santo Entierro en la procesión del Sábado Santo. Por la mañana, se había seguido el ritual de la Custodia del Santo Sepulcro por parte de los soldados.
El Hermano Mayor de la Hermandad de la Santa Caridad de Marchena, José Manuel Álvarez Lora, fue reelegido en su cargo en Cabildo de Elecciones celebrado ayer, por lo que afrontará su segundo mandato a cargo de la Hermandad.
Los fieles que han asistido hoy a misa de once de la mañana en la Iglesia de San Sebastián, se han encontrado con una extraordinaria sorpresa, la presencia de San Juan Evangelista en el paso de María Santísima de la Piedad. Esta estampa no se daba desde mediados de la década de los 50 del siglo XX, cuando salió en procesión el paso de la misma manera que se encuentra hoy dispuesto en tres ocasiones consecutivas, por lo que se repite la imagen después de unos 65 años.
"Ayyy Soleá dame la mano/ a la reja de la cárcel,/ que tengo muchos hermanos/ huérfanos de pare y mare,/ y no tengo quien los ampare". Así reza la carcelera del preso que a la Virgen de la Soledad le cantaban en el viejo presidio, allá por el siglo XIX y a principios del XX. En el Sábado Santo de 2022, en el que al regreso a la noche se volvió a pasar por el lugar, el pueblo ha entregado de nuevo su corazón a esta virgen, vieja estampa de la Marchena eterna, que acompaña al sepulcro del Santo Entierro de Cristo, símbolo para muchos de los que pasaron a mejor vida durante la pandemia o por cualquier otra circunstancia. El recorrido, a la inversa de lo habitual, llamó la atención del público, destacando el paso diurno de la cofradía por el entorno de la Iglesia de San Juan.