A estas horas de la mañana del Jueves Santo es difícil adivinar si finalmente se dará el mismo final feliz que en la tarde de ayer con la hermandad de la Humildad, que a las 20:30 horas y después de varias reuniones en pocas horas salía para que el público la acogiera aún con mayor entusiasmo después dela incertidumbre vivida. Costó sangre, sudor y lágrimas y las posibilidades se contemplaron todas, pero al final, hubo Miércoles Santo en Marchena. (Crónica ampliada).