Hermandades

La banda Castillo de la Mota interpretó por primera vez públicamente y acompañado por el coro de la Muralla, la Marcha Señora y Madre de Marchena, dedicada a la Virgen de la Soledad, en su concierto en beneficio de los enfermos de Alzheimer, celebrado el sábado noche en la sala de Cultura. También actuó por primera vez un cornetista con la banda de la Mota, concretamente Antonio Martín, de la banda de María Santísima de la Palma.

 


 


El concierto comenzó a las 21:00 horas, con mesa en la entrada dispuesta por la asociación Amanecer de lucha contra el Alzheimer, donde los más de 600 marcheneros que acudieron al concierto dejaron su donativo.


La banda joven demostró su mejora continua en este concierto, donde comenzó interpretando Triunfal, una marcha muy pegadiza y melódica en la que toda la orquesta mostró un gran equilibrio, seguido del clásico Costaleros, de Abel Moreno.


Posteriormente, se interpretó Cristo en la Alcazaba, una marcha de tintes más sobrios, de Fulgencio Morón, para concluir este primero de los dos conciertos con la Saeta, marcha que es muy del gusto del público y que despertó las mayores ovaciones para los pequeños y jóvenes, y en la que destacó espectacularmente los solos de uno de los trombones.


Posteriormente, prácticamente el conjunto de los componentes de banda adulta y banda joven coincidieron en el escenario, formando un cuadro realmente plagado de músicos, y comenzando el concierto por la composición de Reina del Jueves Santo, dedicada a la Virgen de la Piedad, obra del director de la banda José Miguel Troncoso.


A continuación, se interpretaron Esperanza y Triana de Esperanza, esta última con gran sensibilidad artística y musicalidad, además de la preciosa marcha Mater Mea, muy lograda por la banda Castillo de la Mota.

 


Subió al escenario en la siguiente marcha Antonio Martín, corneta de la banda de María Santísima de la Palma, que hizo el solo en María Santísima del Sol, ganándose las ovaciones del público y la enhorabuena de José Miguel Troncoso, que deseó que no sea la última colaboración de un cornetista con la banda. Fue una marcha muy rítmica la que se escuchó antes del gran momento de la noche.


Se interpretó la nueva marcha Señora y Madre de Marchena, dedicada a la Virgen de la Soledad, que comenzó entre gravedades y silencios y con melodías más pegadizas en el segundo tramo con participación destacada prácticamente de todos los instrumentos, música en definitiva preparada para escucharse especialmente en esa última parte del recorrido de contrastes de la virgen de Sábado Santo.


Agradeció Troncoso a la hermandad de la Soledad, y a su rector, José Antonio Lizana, que el título de ilustrísimo lo demuestre sin haber dejado sola a la banda “en tiempos tan difíciles como los que hemos vivido”, lo que da muestra del calificativo de Ilustrísima que precede a la Hermandad.


José Antonio Lizana, visiblemente contento, señaló que la marcha “plasma la devoción que el pueblo de Marchena siente hacia Nuestra Señora Madre de la Soledad y capta la seriedad y solemnidad con la que procesiona, el final de la marcha ha sido apoteósico”, por lo que la marcha supone el haber escrito “una página memorable que quedará en los archivos de la hermandad”.


Posteriormente, el coro de la Muralla, con Aurelia Cubillo como creadora de una letra para cantar a final de la marcha a la cabeza, subió al escenario y se realizó una segunda interpretación de Nuestra Señora y Madre.


“Soledad, Señora y Madre
Entre flores y con amor
Hoy por tus hijos, te rezamos,
te sacamos en procesión.


Cuando bajes tú por el Tiro,
Hoy tu pueblo te esperará,
Y te cantaremos saetas,
Y tus penas se aliviarán
Soledad, Soledad, Soledad


Con este himno y el entusiasmo generalizado, se cerraba este concierto de Castillo de la Mota, y con Aurelia Cubillo entregada a la causa y proclamando “estos son mis niños, ole mis niños, la primera vez que tocaron los presenté yo, vivan mis niños”.