Los gozos de la Virgen hacen referencia en el ámbito cristiano a diversos sucesos trascendentes y generalmente felices de la vida de Jesucristo en torno a María, su Madre. El pasado sábado, el gozo, como alegría del ánimo, se extendió por el barrio de San Juan en el recorrido que efectuó por las calles la Divina Pastora, el séptimo; siete, precisamente, como los Gozos.
La Divina Pastora, sentada en una peña, en una estampa de amor y ternura, rodeada de su rebaño de ovejas, es la imagen que conquista cada tercer fin de semana de septiembre de 2015 el corazón de fieles y cofrades marcheneros que se acercaron en buen número al conjunto histórico en una tarde de nubarrones negros que solo fueron amenaza, y no realidad de lluvia, durante esas horas.
Rosas mundial, rosas shimmers, astromelias, hipericum, sedum, celosía cristata, eucalipto cirinea, eucalipto populus, malleri, cortaderia, verdes africanos y detalles de flores conventuales rodeaban a la Virgen. El colorido de esta procesión es uno de esos rasgos distintivos que cuida el Redil de la Divina Pastora al milímetro, al igual que la advocación de Dios que representa el Buen Pastor, que estrenaba sombrero en esta edición de la procesión, simboliza la guía del "rebaño" de ovejas, siendo este el fiel pueblo cristiano.
La Divina Pastora de las Almas estrenó un bello manto en terciopelo verde con estrellas bordadas en oro, después de que en 2022 se estrenara la saya de Mariano López, y lució en su mano izquierda un ramillete de flores de talco.
Jesús Díaz y Pablo Martín se encargaron de regir los destinos de la cuadrilla de costaleros, al frente de un cuerpo de capataces completado con los contraguías Fernando Ruiz Berdugo, Jesús Osuna y Pablo Mariscal.
La comitiva de la procesión estuvo presidida por el párroco José Tomás Montes Álvarez, el párroco emérito de San Juan, Juan Ramón Gallardo; el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Marchena, José Antonio López Romero; la alcaldesa de Marchena, María del Mar Romero; y por los jóvenes que están al frente del Redil de la Divina Pastora.
Las pancartas con referencias a la alegría y la advocación de Pastora que la imagen tiene, poblaron el barrio de San Juan, así como grandes pancartas con la propia imagen de la Virgen, banderas de España y marianas, marcos de paso de la Divina Pastora, llevada en volandas por el fervor de su pueblo y los sones de la Banda Municipal de Arahal.
El cariño y el amor que el pueblo de Marchena le tiene a la Divina Pastora, una imagen vistosa, alegre y muy querida. Como el amor de su Hijo a su rebaño, la devoción no para de crecer en torno a ella, que insufla oxígeno al pulmón cofrade del septiembre-octubre marchenero y que se encerró en su Iglesia entre una auténtica explosión de vítores.