Ha sido referirse en el interior de la capilla de San Francisco a la lluvia los portavoces intervinientes de la Hermandad de la Santa Vera Cruz y de la del Rocío de Marchena y, a los pocos minutos, a la salida, comenzar a caer gotas de Esperanza para el campo y la vida del pueblo, en el camino a Santa María de la Mota, donde por primera vez ha llegado la comitiva rociera en este recorrido de rigor por Marchena en la partida de la peregrinación a la ermita de la Virgen del Rocío.
La Hermandad del Rocío ha comenzado hoy su peregrinación a Almonte, tras la misa celebrada en laIglesia de San Sebastián, desde la que ha salido por el pueblo a visitar residencias de personas mayores que han acogido con ilusión la llegada de los fieles.
(Imágenes de las residencias: Lola Vega).
Después de la visita a la capilla de Santa Clara, siendo recibida por miembros de Junta de Gobierno de la Hermandad de la Humildad, las salves de alientos de amor a la Virgen pura de vida, esperanza y dulzura han resonado ante la Patrona de Marchena, Nuestra Señora del Rosario, en el templo de Santo Domingo, donde el estandarte de la Hermandad del Cristo de San Pedro era portado por el joven integrante de la Junta de Gobierno, Javier López Delgado, mientras que la Vicerrectora Antonia Osuna deseba una feliz peregrinación a los rocieros después de la bienvenida en puerta principal a Hermano Mayor, Javier Ruiz, y alcaldesa de Marchena, María del Mar Romero. El Jefe de la Policía Local retiraba las vallas para que, al menos la representación oficial de Hermandad y de la Villa, pasaran rápidamente por el lugar y accedieran conforme a la tradición al templo dominico. Los integrantes de la Comitiva han entrado por el lateral de la puerta y han salido por ahí mismo cruzando las vallas del Ayuntamiento para rodear los juzgados y seguir el trayecto en la capilla de San Francisco, ya que la zona junto al templo, sigue cortada por el peligro de derrumbe del edificio de enfrente, que desgraciadamente sufrió un incendio hace dos meses.
Caballos rocieros (en esta ocasión no vimos bueyes) bajaban por la calle San Sebastián proclamando, entre pancartas electorales típicas de estos días, que la mayoría absoluta este domingo 21 de mayo es la de la fe rociera, trajes de flamenca, y de flamenco, y del sonido inconfundible de la flauta y tamboril de José Manuel Álvarez.
El discurrir de jóvenes en el rincón de los viejos Melchores, sabia eterna del flamenco andaluz, ampliaba en número la comitiva a la vez que se entraba por primera vez en la restaurada puerta de la capilla de San Francisco, donde Antonio Jesús Labella ha proclamado bellas y sentidas palabras a la Hermandad del Rocío de Marchena por sus cuarenta años de trabajo constante y de ejemplo para todos los cofrades de Marchena, destacando sus valores y su labor impecable en el tiempo. Tanto él como el Hermano Mayor de la Veracruz, arropado por su homólogo crucero Jorge del Pino, han tenido palabras de emoción contenida y nudo en la garganta hacia Antonio León, al que tanto echan de menos este año.
Ambos se refirieron también a la lluvia necesaria para nuestros campos, y la palabra se hizo obra nada más salir a la calle, sin llegar a incomodar por caer en cantidad leve y continuando el cortejo hacia el eterno Palacio Ducal, donde las moleeras hoy se han transformado en espontáneas sevillanas flamencas ante el Simpecado: "Y tras un año de espera, ocho provincias enteras, se marchan de romería, bajo la misma banderaa", concluía una de ellas, 'Andalucía Rociera', de Loli Martínez 'La Canastera', alzada en la voz de una fiel entre el público.
Chaquetones, anoraks, chubasqueros, paraguas, chaquetas, abrigos, plásticos impermeables para cubrir el simpecado, formaban parte de un extraño y atípico paisaje de mayo, que sin embargo, no ha quitado ni un grado de calor de un pueblo que ha dado su cariño una vez más a los hermanos rocieros.
A la Marchena cofrade le ha entrado un pellizco al ver la señera Soledad y Madre y el Simpecado frente a frente, por primera vez en la historia, en la unión de Sábado Santo y Pentecostés. Un pellizco de los buenos. El Arco del Tiro alberga en sus seno nuevos sueños rocieros.
(Imagen: Raúl Vicente)