La Virgen de La Milagrosa, tras el parón obligado por la pandemia en 2020, ha salido en procesión por Marchena, después de dos años sin hacerlo. En este 8 de diciembre, el día de la Inmaculada Concepción, se ha cumplido pues, con la tradicional cita por las calles céntricas de nuestro pueblo.
VÍDEO DE LA MILAGROSA EN LAS RESIDENCIAS DE MAYORES DE MARCHENA
Los sones de la banda de María Santísima de la Palma han acompañado a la celestial imagen a su salida de la capilla que lleva su nombre, gracias un año más a la labor de la Asociación Medalla Milagrosa, que hace unas semanas presentaba el cartel conmemorativo del Centenario de la asociación, que tendrá lugar a mediados de 2022.
Dos cuadrillas de veinte costaleros cada una se han relevado bajo las trabajaderas del paso, a las órdenes de los capataces, Antonio Manuel Pliego y Joaquín Romero 'Quino' y los contraguías José Manuel Fernández Solís y Alfonso Rodríguez.
La representación del Consejo de Hermandades, con José Antonio López Romero, su presidente, a la cabeza, así como la presencia de diversos hermanos mayores, han acompañado a un cortejo integeneracional formado por pequeños niños y niñas, jóvenes acólitos y señoras de todas las edades que han caminado tras La Milagrosa. Efectivos de la Policía Local han velado por la seguridad, desempeñando un festivo más su profesión.
Es un día especial siempre para las residencias de personas mayores. En la de Diputación, han sido pocos pero fervorosos los ancianos que han visto a la Virgen de la Milagrosa, a la que han regalado un ramo de flores, correspondidos con la entrega de medallas por parte del capataz, al igual que en la residencia de la Junta.
Las miradas atentas y emocionadas de los mayores, la cálida compañía de los trabajadores de las residencias, encomiables en su labor, las imágenes de ilusión que, superando el frío y manta en alto, son hoy nuevas y siempre eternas alrededor del "hospicio, el viejo hospicio provinciano", como diría Machado, que despide a su Virgen entre vivas y guapa y arengando a los costaleros para que la suban al cielo de Marchena, donde menguan la luna y el otoño.