Hoy, pasear por la Vía Verde es un lujo, gracias al esfuerzo de instituciones, al amor por la naturaleza de muchos y muchas, que se han preocupado en sembrar y cuidar las plantas y árboles en sus orillas; sobre todo el Taller Verde de Marchena. Imagino que, en algunos años, la floresta formará una especie de túnel por donde se podrá pasear y disfrutar entre sombras, escuchado el trino de los pájaros, el aroma de las plantas…
Pero, por desgracia, hay quienes no piensan igual, tienen poco aprecio a la naturaleza o ¿no tienen otro lugar donde tirar la basura?