Manuel González Martín, marchenero de 69 años de edad, lleva concretamente 51 años como vestidor de Nuestra Señora de la Esperanza Coronada. La pasada Semana Santa quisimos compartir con él y sus ayudantes la mañana previa y la del mismo Jueves Santo, donde las emociones, la fe y esa dosis de nerviosismo que la expectación por lo que viene, afloraron en una persona incombustible, generosa y que nos abrió de par en par las puertas de la capilla de San Francisco el día en el que la Virgen de la Esperanza lució, cuarenta años después, con sus antiguas manos, durante la procesión.
No es fácil encontrar en la sociedad de hoy ejemplos de constancia en ámbitos sociales, culturales o de cualquier tipo de asociación y colectivo, en un día a día en el que las prisas, las exigencias, las expectativas y las dificultades, aprietan; o bien donde en sí mismo como valor, el hecho de la entrega y perseverancia hacia algo ha quedado relegado a segundo plano, o a tercero.
Hallamos en Manolo González, así popularmente conocido y también famoso por su actividad en torno a las carrozas de Reyes Magos en nuestro pueblo, al vestidor de la Virgen de la Esperanza desde 1973, cincuenta años y cincuenta y una ediciones de Semana Santa después de que comenzara con esta labor: "Trabajaba en la tienda de Juan Martínez, donde vestía el maniquí de la tienda. Antonio Carmona me dijo si me atrevía a vestir a la Virgen, y le dije, ¡vamos a intentarlo! Tenía 18 años y ahora tengo 69", expresa quien también ha sido nombrado Vestidor de Honor de la Hermandad, y que ha vestido en muchas ocasiones igualmente al Señor de la Vera Cruz y a San francisco de Asís.
"Trato de mantener lo clásico, la tradición, además para el estilo de paso que tenemos, que es del siglo XIX. Yo me fijo en fotos antiguas; venía Gamero a vestirla hasta que se puso mayor, luego unas señoritas que se casaron y tuvieron hijos y ya me llamaron a mí", recuerda.
La gran novedad de la Semana Santa de 2023 fue la restauración de las manos antiguas de la Virgen de la Esperanza. Cuando en 1983 se restauró el paso de palio Juan Manuel Miñarro, le hizo unas manos nuevas a la Virgen.
Las suyas, las que lucía desde antaño y que ya en 1951 restauró el escultor sevillano Antonio Castillo Lastrucci, ha vuelto a lucirlas la Esperanza cuarenta años después de que las llevara puestas en 1983.
Manuel González cree casi con total seguridad que "las manos son del siglo XVIII por las formas; con una mano coger el pañuelo y la otra mano la presenta un poco abier. La policromía de las manos es muy bonita, más clarita, y los dedos son más finos", detalla.
La Virgen lleva manto bordado (tiene otro de camerín) de finales del siglo XIX, verde oscuro bordado en oro y la saya es de color blanco roto, de seda natural, bordado en oro. Antiguamente la saya era de tisú de plata bordado sobre oro, pero estaba en malas condiciones y la camarera Doña Blanca (de la Virgen) le costeó el actual bordado, recuerda con precisión Manuel González.
La mañana de Jueves Santo es un hervidero en la pequeña capilla. Coincidimos con representaciones de otras hermandades, entre ellas Borriquita, Rocío y Dulce Nombre, que junto a la anfitriona de la Veracruz, a la que saludan y desean buena estación de penitencia, rezan ante las sagradas imágenes; padres y madres se acercan a los pasos con sus hijos, o bien con sus padres, nuestros abuelos; los costaleros hacen piña y dedican sus mejores deseos a los que van a contraer matrimonio en el año presente. Otro de los momentos emotivos de la Cuaresma se produjo el Viernes de Dolores en el traslado al paso, cuando Consuelo, prima de Dolores, mujer fallecida en la Cabalgata, puso las ofrendas florales, junto a sus hijos, a los pasos.
Entre esos rituales, Manuel González, además de vestidor, Prioste 1º de la Hermandad de la Vera Cruz, nos comenta más detalles de este paso en viva muestra de que los pasos de nuestra Semana Santa se van haciendo y completando con los años.
Lleva la Esperanza cirios con simbología de los apóstoles, letanías del Rosario y de los Papas que han dirigido la Iglesia desde que existe la Hermandad desde 1533 a la actualidad, así como de algún cardenal importante, como el de la Coronación, Carlos Amigo Vallejo, pues la Esperanza fue a la primera Virgen que coronó canónicamente siendo cardenal.
"El ambiente es buenísimo" en los meses previos donde se abordan los trabajos de preparar el paso de palio, con la ayuda de Pliego y en esta edición de dos jóvenes más, Gonzalo y Daniel. El paso del Señor, al que Manolo puso el año pasado las morras y la canina para rematarlo, lo visten José Enrique Carmona y Sebastián Moreno.
Respecto a los jóvenes referidos, "Gonzalo y Daniel se han incorporado y están a piñón fijo. Empezamos en enero de seis a ocho todas las tardes, a veces hasta las nueve de la tarde. Lleva mucho tiempo el mantenimiento, limpiar la plata, candelabros, guardabrisas, parihuelas a las que se le quita la cera que haya tenido del año pasado...el pollero de la Virgen...se limpia todo",, comenta Manolo González.
El vestidor de la Virgen de la Esperanza se hizo hermano de la Vera Cruz precisamente desde los 18 años de edad, que comenzó en esta labor, y siguió siéndolo muchos años, por tradición familiar, hermano de la Soledad, también.
En esos momentos previos a la salida de Jueves Santo, expresa que para él la Virgen de la Esperanza significa "todo; ilusión, fe, representa mi vida", apuntando con cariño que "el lignum crucis es de mi familia; la reliquia, no el relicario, era de mi bisabuela.
La reliquia "lleva una astillita de la cruz del Señor en cristal de roca con cordón de plata y el precinto con el sello de que es auténtica", expone Manolo González, que en este paseo por la capilla nos comenta que el Libro de Reglas y el de Difuntos (la Vera Cruz es también Hermandad Sacramental) se restauró el pasado año con piel 'guaraní' o que cada uno de los clavos de la nueva puerta ejecutada por los hermanos de los Reyes, lo ha sufragado un hermano.
Preguntado por los momentos más especiales vividos en este más de medio siglo, Manolo González no duda en señalar "el de la Coronación", en 2004, al que añade el 18 de diciembre de 1982 cuando el Capitán General Merry Gordon acudió a Marchena a ponerle el fajín de su padre a la Virgen de la Esperanza, el cual le llevó "con mucho sentimiento" y que desde entonces luce en procesión. "Lo hicieron Hermano Honorario y mandó la Legión a Marchena y Soria 9, que también estuvo en Jueves Santo y en la Coronación" interpretando sones musicales. A Merry Gordon le vinculaba amistad personal en Marchena con Francisco de Andrada, compañero de carrera.
Del pasado al presente camina la conversación y el joven Gonzalo Cortés Pérez, que se ha incorporado por primera vez como ayudante de vestidor, nos cuenta cómo ha transcurrido su experiencia: "Mi motivación por la que estoy colaborando es por la Virgen, soy de la Virgen al máximo", manifiesta, y le dice a los jóvenes respecto a su labor que "es muy bonito, hace falta gente y aquí se pasan muy buenos ratos", animándolos a colaborar.
Cuenta Manolo González que en el mes de enero del presente año "un viernes normal llegué a la capilla y me dijeron que había un muchacho de 14 años que me estaba buscando, que había preguntado por el vestidor de la Virgen; me presenté, lo saludé y trajo un rosario para la Virgen, y es el que tiene puesto. Le compró expresamente, de plata y perlitas verdes", destaca Manolo, que se deshace en elogios para este joven: "Ha caído de pie; es noble, atento, educado, siempre dispuesto a venir a cualquier hora. Se ha quedado haciendo guardia con la puerta..."
Daniel, amigo de Gonzalo y también colaborador en estas labores, destaca que "ha sido una labor que me está permitiendo conocer muchas cosas de la Hermandad".
Así, la Virgen de la Esperanza, con un palio del siglo XIX de plata de ruán y la vestimenta anteriormente indicada, también de esta época, cuenta con uno de esos palios decimonónicos también propio de la Soledad y la Virgen de las Angustias en cuanto al estilo, y con respiraderos y candelabros de cola realizados por los hijos de Juan Fernández.
La corona que luce en procesión es la impuesta en el acto de Coronación Canónica: "La Hermandad no quiso hacer corona, para destinar el dinero a obra social, pero un grupo de personas decidimos hacer la corona para brindársela a la Hermandad, las mujeres hicieron muchas buñueladas y se cogieron muchos donativos". Las alegorías de las dolorosas de Marchena y la leyenda de Santa Elena, madre del emperador Constantino que descubriría el lugar donde había quedado la verdadera (Vera) cruz del Señor, forman parte de esta corona tan especial para la Hermandad.
A sus pies, la luna que aparece en el Apocalipsis bajo la mujer vestida de sol, es otro de los elementos característicos del paso de la Virgen de la Esperanza, donado por una familia.
El propio Manolo González cambió el terciopelo del techo de palio, como asimismo ha restaurado el estandarte de la Hermandad, con rocas de cristal, allá por la década de los 90, de ese color verde tan característico de la Hermandad y que nos retrotrae a la cita bíblica de Jesús a las mujeres que lloran por su condena, a las que les dice "si esto hacen con el leño verde, qué no harán con el leño seco".
Además, recuerda el vestidor que "he conocido estrenar" la candelería, respiraderos y ciriales del paso de la Virgen de la Esperanza, en cuyo frente apreciamos una hornacina con la Virgen de la Inmaculada de Francisco Buiza: "Estaba todavía en casa del órfebre, porque el taller lo tenían en la antigua casa de Buiza, en la calle Santa Clara y vivía la viuda todavía, y allí se compró".
En el paso del Señor hay otra Inmaculada de Juan de Mena de gran valor artístico. "El Paso del Señor es barroco, de piña antigua de estilo churriguresco. Antiguamente contaba solo con respiraderos muy pequeños y cuatro hachones, los faroles son ya más recientes" de aproximadamente finales del siglo XX. "El paso actual del Señor se estrenó en 1969", indica Manolo González, de modo que goza de una salud muy destacable 54 años después.
También recuerda Manuel González que en los años 40 del siglo pasado fue restaurado el sudario del Señor, al que le faltaba el moño, o que, la cruz de manguilla con la que procesionó en sus primeras décadas de existencia la Hermandad como talla principal, guarda parecido por la fisionomía del cuerpo con el Cristo de San Pedro, por su estilo gótico. "La Hermandad de la Vera Cruz", destaca el vestidor "ha sido siempre muy correcta y eficaz en el mantenimiento de sus enseres y patrimonio".
La talla del Señor de la Vera Cruz, por dentro, se encuentra ahuecada, tallada debido a que, en siglos pasados, para ser portada en Via Crucis, se debía aligerar su peso original
Exornos florales de rosas de pitiminí y flores de té coronaron el paso de Nuestra Señora de la Esperanza el Jueves Santo por la noche, donde volvió a relucir radiante, acompasada por los sones de la Banda Nuestra Señora de la Estrella y con crespones negros de una Hermandad que recuerda a buenos hermanos Antonio León y Ricardo Zambrana, así como a quien fuera Arzobispo Carlos Amigo Vallejo.
La luna llena del barrio de San Juan pone el colofón a un Jueves Santo que entra de lleno en Madrugá de Viernes, y es entonces cuando al vestidor se le nota ser de nuevo una de las personas más felices del mundo, por quinquagésima primera vez. Y que sean muchas más.