Los orígenes de este auto de pasión son inciertos, según asegura el historiador marchenero Manuel Antonio Ramos en su libro El Mandato: una catequesis plástica en Marchena. Lo cierto es que desde finales del siglo XVII o principios del XVIII, la tradición se renueva cada año en la Plaza Ducal, donde conviven escenas de bellísima plasticidad y de profundo sentimiento, mientras se narra la Pasión de Nuestro Padre Jesús Nazareno.