El templo de San Agustín es emblemática génesis. Le sigue el convento de las mercedarias, otro icono en el barrio y continúa por San Miguel, Iglesia hermana que da nombre a la feligresía. Cuando llega a Plaza Alvarado, popularmente conocida como la del Pololo, el Señor de la Paz se inmiscuye ya de lleno en el espacio de murallas y puertas que se abren al paso de un lúcido Domingo de Ramos.