El Jueves Santo por la noche en Marchena es sobriedad y recogimiento. El misterio de la muerte de Cristo va tomando forma ante la presencia del Señor de la Vera Cruz. Nuestra Señora de la Esperanza Coronada pone el contrapunto en este recorrido que se realiza al completo por la feligresía de San Juan.
Bajo los designios de su leyenda, ‘Toma tu cruz y Sígueme’, salía de San Francisco a las diez de la noche una de las hermandades que más antigüedad rezuma en Marchena, la de la Veracruz, tomando los angostos caminos que serpentean el antes y el después de atravesar el magnífico templo de San Juan.
Así en el regreso, encontramos la procesión en la cima de calle San Francisco, transcurriendo en la calma de una Madrugá que conforme avanza el reloj despeja el panorama de público en cierta medida y permite a quienes contemplan esta procesión, disfrutarla con plena tranquilidad.
Rigurosa y seria como acostumbra, desde los pajes que abren el cortejo hasta el Señor de la Vera Cruz, destaca esa singular cruz de manguilla, Cristo en miniatura que hace las veces de atractivo anticipo a lo que viene.
Los nazarenos, de verde y blanco, se ciñen cinturón de esparto y túnica de cola en este tramo, a diferencia de la túnica de capa de la Virgen.
Un cortejo de corte nobiliario en diversas indumentarias hasta que aparece el Señor de la Vera Cruz, talla atribuida a Roque Balduque y que porta esos rasgos gitanos en tez morena y cabellera, imponente sobre su característico monte de lirios morados y cuatro grandes faroles.
Abriéndose paso entre fachadas recién blanqueadas días antes de la Semana Santa marchenera, reinando en su añejo barrio, toma dirección hacia calle Carrera el Señor de la Veracruz, ya en la recta final de su recorrido que concluye cercanas las tres de la mañana, ya en Viernes Santo, siendo la única hermandad que reparte sensiblemente su Estación de Penitencia entre dos días diferentes (también lo hacen el Dulce Nombre de Jesús y el Cristo de San Pedro pero por apenas media hora, y el paso de la Virgen de la Soledad).
Por primera vez ha sido capataz del Señor de la Vera Cruz, Miguel Pliego (acompañado por José Manuel Agüera), y le han seguido los sones de la Banda Centuria Romana Nuestro Padre Jesús Nazareno de Marchena y Nuestra Señora del Carmen de Paradas, así como numerosos fieles de a pie, al igual que a la Esperanza.
En el tramo de palio, han continuado las referencias al 400 Aniversario del Voto Concepcionista de la Virgen María en Marchena, portando un nazareno un cirio de la Inmaculada, y contando nuevamente el paso con cirios simbólicos de misterios gozosos y dolorosos.
Josan Carmona y Fernando Sánchez han repetido en el cuerpo de capataces y la marchenera banda Castillo de la Mota ha interpretado los sones musicales tras la Virgen.
Libreas, monaguillos, cuerpos de acólitos de tradicional tonalidad morada, han antecedido a Nuestra Señora de la Esperanza Coronada, la bella imagen que data del siglo XVII aproximadamente y que tan trascendente y necesaria advocación lleva en su nombre, como en su rostro cinco lágrimas y sobre su corona un palio estrellado que alimenta los sueños, anclando un nuevo Jueves Santo al cobijo de la resplandeciente luna llena de Marchena.