El tándem formado por Antonio José Calle Pliego y Daniel Aguilar Díaz como capataces del Santo Entierro por primera vez, marcaron el devenir del caminar bajo las trabajaderas de los 35 costaleros más 16 relevos, un total de 51 hombres, muchos de ellos con gran experiencia de un cuarto de siglo alzando el paso del Señor. Vivimos los momentos previos a la salida, muy especiales, en las dependencias de la Escuela Taller.
Al entrar en la Escuela Taller, hay gentío de costaleros de los tres pasos, renovándose como siempre este colectivo con la pléyade de jóvenes en la Escalerilla.
Avanzando al fondo, nos encontramos con los costaleros del Santo Entierro: "Sois la mejor cuadrilla del mundo, disfrutad como si fuera el último año, pensad en la gente que os falta y poned la guinda a la Semana Santa como se merece el pueblo de Marchena", exclamó con la mirada fija y el sentimiento desbordado Daniel Aguilar, uno de los capataces, que ya lo ha sido durante seis años como segundo de este paso.
Antonio José Calle destacaba cumplir este mandato "al servicio de la hermandad", destacando la buena marcha de los tres ensayos que han tenido lugar y tras varios años de costalero se ponía a pie del Santo Entierro para dirigir este deslumbrante paso cuyo equipo de capataces lo completan Pepe Montero y José Antonio Guerra, varios años capataz del paso del Triunfo de la Santa Cruz, anteriormente.
El paso del Santo Entierro "sólo de verlo parece que pesa, y es verdad, pesa", indicaba un costalero experto como Ramón Carmona. Entre él, 25 años bajo las trabajaderas y 4 como capataz, Eduardo Salvador (20), Kisco Santibáñez (25) y Jesús Pruna (25) suman cerca de un siglo como costaleros.
Desde los inicios, se han ido sumando más efectivos, "en beneficio de todos" para dosificar esfuerzos, siendo el nuevo paso "más amplio por dentro", si bien en el anterior "era más fácil entrar y salir" de él, indica Ramón Carmona, que explica que "siempre cada costalero tiene sus preferencias en el recorrido, unos Los Cantillos, otros la salida o el regreso, los hay que les gusta más la Casa del Escudo o cualquier otro punto del trayecto, pero lo importante es que para todos nosotros cualquier momento llevando sobre nuestros hombros al Señor, es un honor".
Sobre la forma de caminar del paso del Santo Entierro, manifestaba que se trata de una forma de llevar el paso "al compás de la música, pero con pocas florituras, siempre andando de frente y con elegancia", como efectivamente así se llevó a cabo en la fenomenal salida de Santa María y bajada por el Arco del Tiro.
"Aquí hay carne para llegar hasta el final y mucho más", señalaba ya en la charla grupal con permiso de los capataces en las que aludía al "compromiso, seriedad y querer mucho al Santo Entierro" como primordiales para realizar una buena Estación de Penitencia.
Otro de los expertos costaleros es Alberto García, nueve años de capataz y estos dos últimos de costalero del Santo Entierro, donde Isaac Martín completaría su novena Estación de Penitencia bajo las trabajaderas, compaginándolo con meterse también en el paso de su querida Virgen de la Piedad (en este último suma 13 años) y destacando igualmente la envergadura del paso del Santo Entierro cuando el costalero lo levanta en su sitio. Le ayudaba con el costal Adrián Ponce, su capataz de la Piedad.
Otras de las anécdotas en torno a las trabajaderas del Santo Entierro es la presencia de cinco músicos y amigos todos ellos, de la banda Sagrado Corazón de Jesús, que cambian los instrumentos musicales por su esfuerzo y sudor en este Sábado Santo: Fran, Gali, Luis, Dani y Víctor Manuel.
Carlos Armesto, de 27 años, es el único costalero nuevo de la actual cuadrilla, a la que se ha incorporado "por el capataz, Antonio, que me ha animado mucho, y por mi hermano Javi", señalaba este joven que como toda su familia siempre ha seguido con fe a todas las imágenes de la Soledad.
A su lado, José Manuel Hernández, costalero de segundo año, expresaba que su primera experiencia la pasada Semana Santa quedaría para él marcada por "las vivencias, los compañeros, fue todo de escándalo, los sentimientos, no sabría explicártelo con palabras".
Ayer y hoy de una cuadrilla como la del Santo Entierro que representa a la Marchena costalera incansable, motivada y amante de sus imágenes, aportando sacrificio, devoción y su arte a nuestra Semana Santa.