El Señor de la Veracruz navega por San Juan. Sólo hay que clavar la vista arriba, en su Cruz, atisbar su mirada por mares de incienso. Envuelve cada Jueves Santo en historia pura de Marchena con la leve inclinación de su rostro y a sus pies, lirios morados. Hay silencio respetuoso que reafirma la dignidad del Cristo y huele a cirios verde paz. Se rebosa antigüedad y tradicion en Marchena. Y le sigue la Virgen de la Esperanza en su palio de cielo estrellado por las angostas calles centenarias de nuestro pueblo.