Feria 2013

Anoche tuvo lugar la celebración del Pregón de la Feria 2013, a cargo de José Lucas Ramos Segovia, quien de principio a fin transmitió al público su enorme pasión por nuestra Feria, esencial en su vida, por nuestro pueblo y por nuestras raíces. Pregón lleno de vigor, fuerza y elegancia de principio a fin, con actuación de cante incluida. Amor por el mundo de los caballos, alegría de juergas y amistades, y recuerdos muy especiales para la caseta de Nuestro Padre Jesús Nazareno y para algunos de los que ya no están. La presentación a cargo de José Manuel Luna Berdugo, su suegro, estuvo plagada de divertidas anécdotas.


Excelente Pregón con el que comenzó la Feria de Marchena. Pregón donde quedó claro que la Feria es parte del pregonero sin la cual no podría entender su existencia ni su condición de marchenero. En este punto, fue sencillamente brillante, entregado a la Feria y enamorado de ella.

Pero antes, asistió sentado junto al concejal de Festejos, Enrique Martín Romero, el alcalde, Juan Antonio Zambrano y su familia en primera fila, al concierto que ofreció la Banda Castillo de la Mota, embriagándonos de ambiente de Feria con dos pasodobles, un popurrí de sevillanas y una copla.

A continuación, tras las palabras del presentador del acto, Manuel Ramírez, subiría al escenario José Manuel Luna Berdugo, quien ya fuera pregonero de Feria en el año 2000, y que glosó la figura de José Lucas Ramos Segovia, de sobra conocida para él, ya que le une una gran amistad aparte del parentesco: "Se casa con mi hija y precisamente por ese motivo se hace mi yerno", explicó sonriente José Manuel Luna ante las más de 400 personas que asistieron al Pregón en la sala municipal de Cultura.

El presentador del pregonero, que se liberó de los papeles para contar las verdades y vivencias que le unen a él, recordó la vinculación de Ramos Segovia con Jesús Nazareno como costalero y en la junta de la hermandad, tras lo cual se emocionó al recordar como esos nietos (José Lucas y Rocío) volvieron locos e hicieron a sus abuelos "los más felices del mundo", ayudándolos a "levantar varapalos, la moral que un día me arrancaron".

Tras ello, reconoció que poco tenía que tomar nota sobre el pregonero, se dio prisa porque "vamos a terminar ya, que hay que encender el alumbrado", dijo, y recordó una anécdota en la cual recordando que José Lucas era el encargado de la exhibición ecuestre que organizaba la caseta de Jesús, emprendió en una feria su búsqueda por un compromiso surgido con la organización de dicho evento, teniendo que saltar dos metros de altura con sus "13 arrobas y algunas libras" por la azotea del vecino una vez que la puerta de casa no abría, rematando la anécdota con gatos que zarparon por la noche y el porrazo que se llevó con las chapas que rodeaban en su casa a un 'huerto' de yerbabuena para el gazpacho del que no se había acordado en ese momento. Cuando entró en casa, su yerno estaba durmiendo "y no había manera de despertarlo, por lo que ahora que está despierto, que venga y cante el pregón a las damas y caballeros, y que todos pasemos muy buena Feria".

El Pregonero, José Lucas Ramos Segovia, entonó desde el principio un Pregón cargado de sentimiento hacia la Feria y hacia Marchena, brindando en el inicio por su Plaza Vieja, por el Arco de la Rosa "donde la brisa se contornea" y por las "alegres y dicharacheras torres", por San Juan, San sebastián y San Miguel como banderas de su sentimiento y por Santa María que "baila por sevillanas".

Con este inicio esplendoroso, el pregonero dio las gracias a asistentes, compañeros del mundo del galgo y del caballo y a los representantes municipales, declarando su ilusión por contar los recuerdos y el presente de esta Feria y calificando a su suegro como "amigo, padre, suegro, compañero, que ha estado en los momentos malos a mi lado, y que es el mejor abuelo que unos nietos nunca hubieran imaginado", además del padre "de esa pedazo de mujer que me has dado".

Asimismo, agradeció la confianza a los hermanos de Nuestro Padre Jesús Nazareno: "Por nuestra hermandad, por nuestro bendito Nazareno, por Marchena, este pregón está aquí", expresó, dejando palabras emotivas para los "tres lirios morados" que ya no están; su padre que a través de San Isidro le inculcó la afición al caballo, su cuñado, que en Los Quintos fue compañero de juergas y saraos, y al ex Hermano Mayor de Nuestro Padre Jesús Nazareno Federico Martínez: "Tres lirios morados que están en el cielo y yo tampoco los he olvidado".

Ahí hizo José Lucas uno de los primeros parones para que actuara un dúo de cante y guitarra que lo bordó, Sebastián Cruz y Diego López, y que supuso un punto de genialidad al Pregón, ya que más nuestro que el cante no hay nada, y además fue repartido entre el Pregón en su justa medida y al hilo del discurso. Idea fenomenal, sin duda, por parte del pregonero.

La infancia de José Lucas Ramos es la de ruido de cascabeles y trilla y de amistad labrada con Carrasquilla, a raíz de lo cual mencionó a sus amigos Lolete, Rafael Huertado, José Enrique o Eloy, entre otros, recordando con exactitud los nombres de algunos de los caballos y las viejas Ferias de gitanas vendiendo claveles y el intercambio de productos por parte de aquellos gitanos feriantes que le daban un color especial a la Feria.

También tuvo un guiño para la Fiesta Nacional y en concreto a la persona de Antonio Álvarez, recordando el sentimiento taurino de esta persona, equivalente al suyo propio por la belleza de un paseo de caballos por el Ferial, volviendo a aquella feria de artesanales cacharritos y viejas tómbolas y dando el paso adelante a la de Avenida, que le cogió en "plenitud" en su juventud, feria de Avenida de "cuna de arte y compás", manifestó, recordando una época en la que se recorría todas las ferias desde la de Mairena y Sevilla hasta la de Puebla de Cazalla y Morón, pasando por Paradas, Osuna, Marchena y Fuentes.

Respecto a la Feria de Marchena, y nuevamente centrado en el mundo del caballo, recordó que el concurso de San Isidro supuso "un boom" en su día para esta señera afición, con mención especial para su tío Ramonchi y Cristóbal Márquez, y con el lema de que "siempre se aprende" algo nuevo sobre el caballo a través de los concursos y tertulias en la caseta.

Concurso que ya se viene desarrollando en un nuevo recinto, donde se encuentra "el mejor paseo de caballos que nadie hubiera imaginado", lo cual agradeció al durante muchos años concejal de Festejos, Fernando Berdugo, afirmando que su labor en la organización del actual recinto es "impagable". En él ha visto crecer a sus hijos y ha inculcado la afición del caballo a sus propios amigos, hijos de Emilio, Pepe, Pedro y Carlos, entre otros, siendo éste motivo de gran satisfacción para el pregonero.

Con ese incontestable amor a la Feria de Marchena, José Lucas Ramos Segovia contó dos significativas anécdotas de su apego eterno a esta fiesta de nuestra localidad, a la que fue capaz de volver desde Granada un miércoles de Feria que se encontraba por la ciudad nazarí vendiendo girasol, ya que "en el jardín ferial había una flor que me estaba esperando, y cuando entré en la caseta municipal, vi su rostro de inmensa felicidad, hoy...es la madre de mis hijos". 

También recordaría con todo detalle como ante las previsiones meteorológicas de lluvia, una Feria fue 'convencido' de ir a la Playa, y tras hacérsele muy largo el miércoles, y sentirse plenamente vacío el jueves por la mañana, regresó a la Feria de Marchena.

Una Feria donde ha vivido junto a los hermanos de Jesús, "gente alegre y sencilla", numerosas anécdotas de montaje de casetas, como cuando sobró una paletilla de una tómbola y el exceso de sal de la misma hizo que el hermano mayor acabara en el centro de salud con una subida de tensión, y alguna caída saltando vallas o bimbazos de faroles sin graves consecuencias.

Desde esta caseta, hay una perspectiva "privilegiada" para presenciar el paseo de caballos que hace a la Feria "guapa, guapa, guapa", repitió, ensalzando los arreglos de los coches de caballos, los tríos de amazona, jinete y caballo, las buenas tapas y el vino, los cantes que vienen y van, la ilusión que despiertan en mayores y niños los cacharritos y el encadenamiento de día, noche, madrugada y alba.

Con epílogos de ¡Viva Marchena! tras esta Feria cantada en su Pregón, el final fue apoteósico y entregado, cargado de emoción, con tronío y porte torero, José Lucas Ramos exclamó:

Yo nunca había podido decirte

lo que te quiero Marchena,

soy marchenero,

Nazareno como cualquiera.

Quisiera haber sido gitano, 

como lo de las fraguas marcheneras,

porque tú Marchena

eres mi luz y mi guía,

no un faro cualquiera,

eres mujer y princesa,

eres la que mi vida llena.

Y nunca quisiese,

ser un molde cualquiera.

Que no se rompan mis moldes,

que no se rompan mis moldes marcheneros,

que no se rompan mis moldes nazarenos,

porque para qué quiero yo la Gloria, 

si mi Gloria eres tú Marchena.

Por eso te voy a decir,

a la gloria marchenero

a la gloria vamos ya,

nos está esperando la Feria,

cuna del arte y compás.

A la gloria,

a la gloria marcheneros,

a la gloria vamos ya

a la gloria,

a la gloria marcheneros,

que a la Feria, acabamos de llegar.

Posteriormente al Pregón, que concluiría con la actuación del coro San Miguel Arenal, la entrega de detalles a la mujer del pregonero y al propio José Lucas, así como al presentador, y con la defensa de la Feria por su tradición y generación de movimiento económico, según declaró el alcalde, pregonero y familia compartirían una Cena entrañable en la caseta de Nuestro Padre Jesús Nazareno con familiares y amigos de Marchena, y también venidos del ámbito del galgo y el caballo de toda la provincia.

 

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