El recinto ferial tuvo un día de auge de público el viernes, y el sábado se mantuvo más o menos una notable afluencia de público, alta teniendo en cuenta el contexto de crisis, aunque sin llegar al lleno permanente, algo también muy difícil de conseguir en la Feria de nuestra localidad. Lo que pocas veces cambia son pasajes y estampas que nos deja la Feria, como el colorido de los trajes de flamenca y el nítido color azul del cielo de verano tardío.