El futuro del mundo del caballo está asegurado en nuestra localidad. En la tarde del viernes, la afluencia de jóvenes y veteranos jinetes y amazonas fue mucho más alta que el día anterior y la Feria se llenó de luz y de color hasta el anochecer.
Con los carros engalanados, elegancia en el vestir ya fuera en camisa, chaqueta, trajes de sevillana...concurrieron combatiendo los 35 grados de calor durante buena parte de la tarde.
Muchos grupos de caballistas, muchos aún incluso menores de edad que se sienten fascinados por la magia de montar a caballo y ver la Feria desde arriba para impregnarse de las primeras sensaciones de la Feria de nuestra localidad.
Otros más expertos y habituales que posan con el plante andaluz, serio y riguroso, copa de vino en mano, todos ellos mostrando un gran respeto por el paseo, por la normativa y circulando sin ningún tipo de incidente y evitando aglomeraciones a pesar del alto número de caballos, que en la tarde de sábado se espera que aún sean más.
Todo lo que supone el trabajo de un año con los caballos, lució ayer por la tarde nuevamente, por tanto, en el Real de la Feria de Marchena.