Feria 2012

Fue concluir el Pregón de Feria ofrecido por Concepción Sánchez Puerto, anoche en la sala municipal de Cultura, y levantarse en pie todo el público para vitorearle con un "¡Torera, torera, torera!" y el posterior "¡Tú sí que vales!", a una pregonera que ha tenido una fuerza de voluntad enorme en estos últimos días para cumplir, y de qué manera, simpática, cordial, jovial y personalísima, con su compromiso de Pregonar, y también de cantar, porque de sonidos impregnó su discurso, la Feria de Marchena 2012. Fue presentada por Manuel García Borrego y cerró el acto el alcalde de Marchena, Juan Antonio Zambrano, con una encendida defensa de la Feria e insistiendo que "hay que creer en lo nuestro".


 A sus 73 años, dio toda una lección de simpatía, de ilusión, de ganas de vivir la Feria y de vivir la vida, empatizó al minuto 1, ¡qué minuto 1!, ni a los 15 segundos, cuando dio el saludo protocolario a todos con un melódico y único "Muy buenas noches", que ya hacía presagiar pregón saleroso, natural y espontáneo, pero de arte, puro arte y categoría que demostró "Conchi", como la conocen sus amigos, en lo alto del escenario.

Salió muy motivada y satisfecha por la genial presentación del presidente del Centro de Participación Activa de Mayores de nuestra localidad, Manuel García Borrego, que la calificó de "lista, trabajadora y guapa, persona de gran corazón", y trazó un perfil de esta marchenera, sexta de siete hermanos, recordando cuando se casó y celebró su boda entre bizcochos y aguardientes como era común en la época, en la calle Guillermo, y niños como él se arremolinaban en las puertas para lograr alguna copita o bizcocho gratis aprovechando la fiesta.

Señaló como a mitad de los 60 emigró durante cuatro años a Barcelona, ya con un niño pequeño y ayudó en la cocina de la pensión "sin acordar lo que iba a cobrar", siendo tal su valía que la introducción de los guisos marcheneros hizo que su marido Manuel, no tuviera que pagar el alquiler, suponiendo así un alivio para poder ahorrar más.

Luego volvería a Marchena con 8 meses de embarazo para que en nuestro pueblo naciera su hijo Juan y tras trabajar en varias empresas montara sus puestos de calentitos y patatas fritas en su propia casa, y posteriormente regentara un puesto de carnes de ave que le ofrecieron en la plaza y que hoy en día regentan sus hijos Juan y Mari Carmen.

Concepción tiene 5 nietos, ha sido Rey Baltasar en Marchena y homenajeada por la asociación de La Muralla en 2004 como marchenera del año, y es directora y primera voz del coro Juventud 2000 que fundó en el club de Pensionistas con el apoyo de la directora, Rosa Pulido: "Canta como los ángeles", afirmó Manuel, "y además es una gran aficionado al cante y a la guitarra, a la saeta, baila cumbia, bachata, boleros y hace como nadie el compás del chá chá chá del tren", explicó entre las risas del público conocedor de la pregonera, el presentador, que concluyó manifestando que "espero que el futuro te dé muchas alegrias, porque te lo mereces, porque eres una gran mujer, y vas a ser una gran pregonera", indicó Manuel, que también se acordó del "hada madrina" e impulsora de la caseta, Ana López, trabajadora social del Ayuntamiento de nuestra localidad, y cerró su intervención destacando a Conchi Sánchez Puerto como "una gran feriante" y con otra pincelada que esperemos que sea posible: "Lo que sí tengo claro, es que dentro de 25 años, Conchi y yo volveremos aquí otra vez".

Y saltó al escenario, con vestido verde esmeralda, la pregonera de la Feria de Marchena, Concepción Sánchez Puerto, aproximadamente a las 22:45 horas, en un Pregón que tal vez no llegara ni a la media hora de duración, de la cual, podemos asegurar que por lo menos durante 20 de esos 30 minutos, el predominio de risas y carcajadas que cuando menos lo esperaba el público desataba la pregonera, fue total y absoluto.

Comenzó por sus vivencias de los columpios de la Feria y los jardines de la Avenida, de puestos de turrón, algodón, de la tómbola, del Gran Circo que despertaba la expectación del pueblo, aunque la mayoría de los marcheneros se quedaban "sin ver a los trapecistas ni a los leones".

Una Feria en la que "no había pescaíto ni potaje como ahora" y donde las pocas casetas presentes "se escuchaban, no se veían", reflejó la pregonera, que contó como hizo el trato con una señora para que a cambio de que ella le cantara en su casa todos los días, le plancharía el traje de flamenca: "Y le estuve cantando todo el mes de agosto", recordó, poniendo en su voz la primera de las coplas que le gustaba a aquella señora "Manolo de los amores", con una voz sensacional.

También reflejó la anécdota de que la Feria en esas décadas de mitad de siglo XX se celebraba el 1, 2 y 3 de septiembre, y lo mismo podía caer entre semana, pero "no importaba, porque entonces la Feria caía como agua de mayo y todo el mundo la esperaba con muchas ganas e ilusión", manifestó, recordando el paso de la banda de música en el amanecer para dar la famosa diana, tradición que por cierto se ha mantenido hasta hace pocos años, y que se esperaba con expectación en aquella época.

Período de anécdotas de siglos pasados aún al veinte, pero que se mantenían en aquellos años 40 y 50 en los que vivió la Feria de joven Concepción Sánchez Puerto en los que acompañada de su padre éste le explicaba que a los burros y mulos para comprobar la edad a través de sus dientes o se le golpeaba en las nalgas para que el comprador se convenciera de que no tuviera reacciones maliciosas.

Feria de Marchena de "mediodías de calor" en los que los vendedores paseaban por las calles con sus pregones anunciando garbanzos tostados para cambiar por garbanzos crudos: "El tío de las almendras pregonaba muy bien", dijo Concepción, que cantó a continuación un extracto del pregón del almendrero que animaba a la gente a comprar "si quiera por el Pregón, que mis almendras son más buenas, más buenas que el turrón", ante el aplauso del público que le agradeció constantemente esa reproducción sonora tan fiel y tan alegre de la Feria de antaño de la que recordó "qué rico y qué bueno de comer" estaba el madroño.

Hizo una pausa para hablar de la Marchena que hay en su memoria, y bajo la fórmula de "no sé mucho de geografía, pero...", la recorrió a través de sus cuatro puntos cardinales, carretera de los Polletes, Puente de Mamedra, que "espero que lo recuperemos pronto", o el Lavadero, "cuántos ratos hemos pasado allí tirándonos piojos moriscos", dijo entre la carcajada del respetable, o el bendito campo de Feria "que espero que no se pierda nunca". En definitiva, Marchena "en el centro de la Campiña, de Sevilla y de Andalucía, el pueblo más bonito del mundo que siempre acoge a todos los forasteros".

Recordó también como "parecía otra" cuando su madre le almidonaba el vestido de flamenca que alquilaban en una fonda situada en la plaza de Melchor, ya que en esos años los vestidos venían ya de ser usados y no en las mismas condiciones que ahora, señaló, y también tuvo espacio en este Pregón para la "lástima" que le produjo que se perdiera el "Gran Teatro Planelles" por donde enumeró con buena memoria muchos artistas de talla nacional e internacional que pasaron: Paquera de Jerez, Juanito Valderrama, la Niña de la Puebla y nuestro querido José Tejada, el Niño de Marchena".

Vuelta a la Feria de nuevo, a la Feria de "papas fritas, cañadús, turrones, algunos más duros que las piedras del Arco de la Rosa", a la costumbre marchenera de lamer los papeles de los turrones saboreándolos hasta el final, y a la Feria de los "cacharros, que ahora llaman a-tracc-cio-ness", señaló pausadamente con sentido del humor.

Esos cacharros divididos en "volaos, el chico y el grande" y los "columpios", en los que los chavales se sentaban frente a las chavalas y lo que "empezaron siendo juegos terminaron a veces con personas que fueron novios para toda la vida", explicó con gracia Conchi Sánchez Puerto, que precisó con todo detalle como algunos niños pequeños eran llamados a ejercer como contrapeso en las norias de aquellos tiempos, agolpándose ante la entrada para obtener viaje gratis y acceder gustosamente a ello, y posteriormente revivió el ruido "más escuchado de la Feria", el de "las cunitas, con sus repiques con dos cucharas y un latón viejo de pimiento molido".

"Tan contenta y alegre que ustedes me ven, no se me van del pensamiento los seres queridos", manifestó haciendo un inciso corto pero sentido la pregonera, para comentar que La Solera, su caseta, la caseta de los mayores "será la caseta de todos los hombres y mujeres de mi pueblo cuando lleguen a ser mayores".

Así, repasó la historia de la caseta y el impulso que le dio allá por 1988 Ana López desde el Ayuntamiento de Marchena, recordando a cada uno de los miembros de la junta directiva del club de pensionistas, presidida entonces por Nicasio Jiménez, y la relación con la calidad del viejo vino que guarda el nombre, La Solera.

Aunque al principio el éxito de la caseta fue "una incógnita" antes de montarse la misma, Conchi Sánchez Puerto recordó que ese jueves de Feria de 1988 "allí no se cabía", en esa caseta adornada con banderillas de manzanilla llevadas por el padre de Ana López y donde se degustó un buen gazpacho "del Costa". Ante tal afluencia de público "hubo que ir a por silas y mesas al club de pensionistas" para que allí en los jardines cupiera todo el mundo en torno a La Solera.

Tuvo palabras de elogio la pregonera para Manuel Ramírez Moraza, alcalde de la época, y para todos los demás que han pasado por el Ayuntamiento de Marchena, así como para los encargados de la barra Alfonso y Pepa Díaz, y en los últimos años, Juan Luque, así como para Josefi y Manolo por los adornos, ya que "se montan en la escalera, se suben y se bajan, que nosotros ya vamos para viejos y para que no nos pase ná, a ver si nos vamos a partir una pierna".

A Miguel Carrasquilla le agradeció especialmente que pusiera su carricoche a las puertas de la caseta: "Lo bonita que se ve la Feria desde arriba y yo sin saberlo", expresó, haciendo ver que para muchos fue "la primera vez" que se montaron en un coche de caballo.

En esta cadena de agradecimientos, le tocó también en suerte a Rosa Pulido, la directora del Centro de Participación Activa de Mayores, a todos los presidentes de la caseta, a la Solera por elegirla para pregonar y a los marcheneros que "me han dado tanto cariño y ánimo" desde que se supo que era la pregonera: "¡Viva la Feria y que se vaya la crisis, que vendrán tiempos mejores!"

Con gritos de "Torera, Torera" y "Tú sí que vales" la despidió un público entregado al encanto especial de la pregonera y el propio presentador, que subió al escenario para acompañarla y fotografiarse con ella.

El alcalde de Marchena le entregó a ella, y al presentador de Reina de las Fiestas, Jorge Roncel, un obsequio conmemorativo del acto y se dirigió al público para animar a los marcheneros a asistir a la Feria, no sin antes agradecer a todos los que hicieron posibles ambos actos, su participación y dedicación.

Juan Antonio Zambrano, que aprovechó la ocasión para anunciar una campaña de promoción de la compra en comercios marcheneros de Asicom con el apoyo del Ayuntamiento para combatir "la subida del IVA", llamó a "consumir en nuestro pueblo para que Marchena sea un referente de la provincia", y recordó que la Feria la hace "la gente de Marchena, gente como Conchi, como Manolo, como las Reinas de las Fiestas".

Finalmente deseó que "todos disfrutemos de la Feria de Marchena y dejemos de lado los problemas, hemos preparado una programación con artistas marcheneros, porque apostamos por nuestra gente, creemos en lo nuestro y los marcheneros son los que hacen la Feria de Marchena", manifestó intensamente el alcalde.

 

 

 

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