El Rey Melchor, figura que encarnará en la cabalgata de Reyes Magos de este sábado el marchenero José Manuel Sevillano, ha manifiestado que "hay que tener esperanzas de que el mundo va a cambiar" y recomienda a las personas jóvenes, desde su experiencia en el mundo de la educación, "que se formen, que el futuro depende de ellos, no seamos pesimistas, veamos el vaso medio lleno". Su Majestad nos comenta su trayectoria de vida de vocación al servicio público, su fascinación por los Reyes Magos desde pequeño, tradición que mantiene su familia actualmente, y la lucha personal que le ha llevado a recuperarse satisfactoriamente de una repentina ceguera y un infarto de miocardio.
José Manuel Sevillano Blanco nació en Marchena el 14 de mayo de 1963, a la altura del actual edificio de San Jerónimo, donde vivió en la alcoba de su abuela materna y posteriormente unos primeros años de la infancia bastante itinerantes, ya que su padre fue cocinero de rancho de Renfe, lo que le llevó a vivir en localidades como Loja, Utrera o Puertollano, entre otras, antes de volver a Marchena para cursar sus estudios de Primaria en el colegio Padre Marchena y establecerse primero en una casa cerca de la estación y luego en la Avenida.
Recuerda su infancia jugando con los chavales que vivían por los jardines, donde evoca una jaula con un ciervo dentro o una pequeña piscina donde se bañaban en verano, jugando allá por el cerro a la pelota, a la lima, al escondite, al salto, a la cadeba, acudiendo a la Feria de la Avenida tan concurrida en nuestra localidad.
Estudió también en Senda Ancha y San Agustín en segunda etapa y aún sin grupos mixtos en clase, y considera "muy positivos" sus recuerdos de profesores entre los que cita a Manuel Álvarez Parra, María Luisa, María Jesús, Pablo Gallego o Pedro, y posteriormente ya pasó a FP, en el edificio antiguo de la Avenida, y realizó posteriormente estudios de Empresariales ya en la década de los 80, logrando su primer puesto de trabajo en 1987 como profesor de Gestión y Administración en la rama administrativa y comercial en el instituto de FP de Beatriz de Suabia, en Sevilla, tras lo cual se presentó a las oposiciones de un nivel superior, el Técnico, lo cual le permitió elegir el destino del López de Arenas, donde fue "curioso" ser el jefe de estudios (para este cargo lo designó el por entonces director Juan Antonio Zambrano) y 'tener a sus órdenes' a profesores de su estapa de estudiante como Ana Mría Sanromán, Pepe Cañete, Fernando Alcaide o Arsenia, entre otros.
De los 25 años que ha estado ejerciendo la docencia, 13 han sido como director, uno como jefe de estudio, dos como vicedirector, también ha ostentado jefatura de departamentos y de tutor ha trabajado unos tres o cuatro años. Preguntado el por qué de su implicación en cargos de tal responsabilidad que incluso muchos de los docentes a veces evitan para no soportar más cargas, José Manuel Sevillano responde que "el puesto de director requiere ser un gestor, y un instituto es la planificación de un centro del sector servicios, una responsabilidad con un colectivo, en vez de una empresa productiva, y que requiere organizar un amplio grupo humano".
Y en este punto, el debate sobre el estado de la educación en nuestro país, irremediablemente surge solo: "Estudié en una ley y he conocido tres planes educativos distintos, como los partidos políticos no se pongan de acuerdo en hacer una ley de educación, vamos al pairo, ya que se ha perjudicado mucho al nivel educativo, con alumnos que empiezan con un sistema y terminan con otro no puede haber estabilidad".
Para José Manuel Sevillano, "los centros educativos son siempre un fiel reflejo de nuestra sociedad", indica, considerando que se ha producido una "degeneración" con conductas como la impuntualidad o las faltas de respeto a los profesores, crisis social que se suma a la que ha podido observar "en cuanto a recortes, de personal, menos plazas de oposiciones, más horas por profesor, ratios que llegan a ser de 35 alumnos por clase en Bachillerato y una clara falta de inversión" en la educación.
Durante todo este período al frente del instituto o ahora IES López de Arenas, las conclusiones no obstante son positivas: "En el centro he tenido una mayoría de alumnos de los barrios Madre de Dios y de Ciudad Jardín, grupos muy buenos, alumnos que han trabajado en las profesiones para las que se formaron, que han hecho oposiciones, que son gerentes de empresa, que en definitiva, han desarrollado lo que estudiaron", además de por otra parte y como objetivo como director, se muestre muy satisfecho de esa idea de "dignificar el centro con su proyección hacia el exterior", aspecto que ha redundado en avances de un centro inicialmente de carácter técnico y que "ha conseguido en los sucesivos años unos resultados excelentes en Bachillerato y en Selectividad, que ha participado en concursos de proyectos de investigación nacionales e internacionales con el reciente premio a la trayectoria que nos ha dado el INJUVE, que cuenta con actividades extraescolares como la realización del periódico El Barranco, y sobre todo estoy también orgulloso de la labor docente del profesorado, todo ello le ha dado un sello distintivo a nuestro centro, donde he llegadoa dirigir a un grupo humano de casi 800 personas, con 700 alumnos, 65 profesores, 5 limpiadoras y 4 conserjes", entre los profesores, todos los alcaldes de nuestra localidad pasaron por el centro, salvo Manuel Ramírez Moraza, y "con todos ellos me he llevaado muy bien, tengo la suerte de poder presumir de buenos amigos de distintas ideologías políticas".
En este sentido, Sevillano afirma que "hay que potenciar las relaciones humanas, los valores humanos, que son realmente importantes para vivir en esta sociedad".
En los últimos años, ha irrumpido con fuerza en algún momento su diabetes, provocándole un infato de miocardio y una hemorragia vitrea que le hizo perder la visión aproximadamente por un mes que se le hizo muy largo y lleno de "angustia, de tener la sensación de no poder valerme por mí mismo".
Aunque se ha recuperado y la visión es casi perfecta, el peligro de una recaída no desanima a un José Manuel Sevillano que aunque sufra los rigores de una dieta estricta y una vida sana sin consumo de alcohol o sin poder realizar ejercicio físico, vive su prejubilación desde otra perspectiva diferente a la que pueda ser el malestar: "Ahora es cuando te das cuenta que todos somos necesarios, que nadie es imprescindible, antes había veces que parecía que creía que las cosas no iban a funcionar sin mí en el instituto, por ejemplo, entonces valoras las cosas de la vida que antes no valorabas o no le das una suma importancia a otras que verdaderamente no la tenían".
Cuando recuperó casi al 100% la visión a través de una complicada operación en una clínica privada de Barcelona, José Manuel Sevillano sintió que "volvía a vivir" y en esta nueva vida aprovecha para hacer otras cuestiones de ocio, especialmente la fotografía que tanto es del gusto del Rey Mago: "El nombramiento lo veo como un premio a mi labor en la vida local y social", afirma.
Después de haber sido recientemente comisario de la exitosa exposición de Arte Sacro, afirma convencido que "gota a gota se está completando un reto muy duro, pero vamos a conocer el Complejo Parroquial terminado, pues es la voluntad de muchas personas que están construyendo una Iglesia humana, con una asociación, llevando Cáritas interparroquial con recogidas y repartos de alimentación, cultos y misas semanales, una Iglesia que está naciendo al calor del pueblo y que en sólo dos o tres años ha visto la devoción que han alcanzado sus imágenes". José Manuel Sevillano se declara "cristiano y católico, aunque respeto a todo el mundo", como una persona que siempre "he tenido muy buena relación con la Iglesia, aunque no soy hermano de ninguna hermandad, pero me gustan todas".
Y ahora le llega este reto de ser Rey Magos: "Siempre he creído en los Reyes Magos, desde pequeño hacía mis cartas con mucha ilusión" y le llegaban sus "pelotas de fútbol, juegos de mesa, algún coche teledirigido, aunque nunca tuve bicicleta", afirma este Rey Mago que tiene 3 hermanos (Antonio, Cristóbal y Rocío) y que se crió en casa de vecinos bañándose en calderas y palanganas hasta que ya en los 70 se fue a una casa de cooperativa del barrio de San Juan, pero que recuerda como en su niñez el día de Reyes era mágico con "los paquetes envueltos a la vera del árbol de Navidad y la ventana entreabierta donde nos dejaban caramelos".
"Yo he querido mantener esta tradición con mis hijos, me gustan muchos los Reyes Magos, también me parece bien Papa Noel, pero no es lo mismo", defiende, recordando cuando durante su juventud colaboró en las cabalgatas que por entonces comenzó a organizar el Padre Javier y que tuvieron adornos como jardín con columna y alequines y bailarinas.
En fechas más recientes, sus jóvenes hijos se han montado en carrozas de distintas asociaciones, y él, ya ha tenido la suerte de ser paje de Juan Antonio Zambrano y Fernando Berdugo, por lo que aunque "ser rey sé que tiene que ser algo distinto", ya conoce el nuevo Melchor esa "sensación de griterío, de alegría, de ilusión, los saltos, el jolgorio que hacen que la Cabalgata se te haga cortísima, porque vas flotando en una nube con la sensación idílica de sueño y fantasía", es más "yo creo que es el día que más gente hay en la calle en Marchena, más que el Viernes Santo, incluso, es el día en el que los mayores se hacen niños, en el que hay gente en cualquier rincón de la Cabalgata".
El Rey Melchor, que con su experiencia de ser él otros años el que le habla al rey cuando llega al Ayuntamiento, algo que siempre le ha gustado, cumplirá el papel de escuchar este año y también ha querido aprovechar la ocasión para organizar una campaña de juguetes para que ningún niño se quede sin juguetes en ese día tan especial, como ya informábamos hace unos días, ya que también aparte de la Cabalgata, considera que el papel de los Reyes Magos es "pensar qué se le puede ofrecer" a los principales protagonistas de este día, los niños.
Poco antes de que se llegue a este magnífico día, el Rey Melchor hace balance y se considera "muy orgulloso de la familia que tengo, de mi mujer e hijos, que son muy buenos y sociables, y de tener gracias a Dios un buen ramillete de amigos que están ahí y que me han apoyado en los momentos más duros".
Para el próximo 2013, "pido Salud y Esperanza", afirma convencido de que "el mundo va a cambiar, y animo a los jóvenes a que se formen, que el futuro depende de ellos y tengo la esperanza de que todo va a cambiar, no seamos pesimistas y veamos el vaso medio lleno", concluye.