Entrevistas

 

Encarna Luque García será el día 5 de enero, Su Mjestad el Rey Baltasar en la Cabalgata de Reyes Magos de 2013. Hoy hemos tenido la oportunidad de conocer un poco más a esta mujer conocida por su puesto de pescado de la Plaza de Abastos y que ha demostrado ser un ejemplo en la última década al sacarse títulos de estudio con todo pundonor y partiendo de cero, después de toda una vida de trabajo desde la infancia.


"Todo el mundo me felicita, me llama por teléfono, me paran en la calle, estoy muy contenta", señala Encarna Luque García, vecina de las casas del pabellón y cuya calle lleva por nombre la de uno de los grandes poetas andaluces y españoles de todos los tiempos, Federico García Lorca.

Encarna nació en Osuna en 1941, hija de madre marchenera y padre ursaonense, pero ya desde 1945, a los 4 años, se instaló en Marchena, concretamente en la calle Sevilla más cercana al Barranco, siendo la mayor de 8 hermanos.

Cerca de allí en la zona de la Ventilla "donde estaba la fábrica de la luz nos juntábamos una mina de niños" a los que "nos tenía que aguantar Vicente Henares", ya que allí por el Barranco "no parábamos de buscar cosas, desperdicios con los que los niños montaban juguetes, jugábamos a la pelota, a la concoja, a saltar la cuerda...¡no nos divertíamos ná!" exclama.

"Ya los niños no juegan a nada de eso, con lo que nos divertíamos, nos movíamos, saltábamos, estábamos todo el tiempo corriendo da aquí para allá, ahora los juguetes que tienen los niños son más fríos", manifiesta Encarna.

Aparte de jugar, la infancia de Encarna transcurrió en su concurrida casa como era normal en los años 40 y 50 en Marchena, donde además de hermanos y padres vivían algunas de sus primas en una sala y una alcoba, y en la que en fecha de Reyes Magos "mi madre nos ponía a todos los hermanos un canastillo de paja en la ventana, lleno de caramelos y en el Ayuntamiento nos daban a los más chicos algunos juguetes, un año se equivocaron porque a mi hermana chica no le dieron una muñeca de cartón, que entonces daban muñecas de cartón y caballitos de cartón, y al final como era más pequeña le di a ella la que me dieron a mí, pero nos tuvimos una pelea..." recuerda.

Encarna dice que "no pude ir" al colegio de las Mercedarias y tras una breve pausa los ojos se les hacen cristal. Estaba ilusionada en estudiar, pero los rigores de la vida de costurera de su madre y el trabajo en el campo de su padre, le hicieron verse obligada a trabajar desde pequeña: "Mis hermanos hemos estado siempre trabajando, todos hemos tenido talento, pero antes la situación era todavía peor que ahora, nadie cobraba el paro, en el campo se acaba la temporada de la aceituna y no había trabajo hasta la siega".

Por lo tanto, la vida laboral de Encarna comenzó "vendiendo molletes desde chica, luego también daba horas en las casas, cogía aceitunas en el campo y trabajé en la fábrica Marciense, que me dieron de alta el 19 de mayo de 1955, el día que cumplí 14 años, pero ya llevaba tiempo trabajando", nos recuerda la próxima 'Reina Maga', que apostilla, "ha sido una vida constante".

Encarna Luque tomó en 1965 las riendas de un puesto de pescadería en la plaza de Abastos, lo cual compaginó con "hacer delantales para Balda por las tardes".

En la plaza de abastos "pasábamos fríos y penurias desde las 7 de la mañana", aunque en el sentido positivo "la plaza no era la de hoy, había gente tan buena y graciosa...Antonia Armesto, Manuela, Rosarito la mujer de Antonio Arenas, que formaban una cada vez que iban el 20 de enero a Sevilla y compraban ropa".

En ese transcurso de 30 años en el que ha conocido "a muy buenos compañeros" en la Plaza de Abastos, la inauguración del recinto modernizado coincidió con el fallecimiento de su marido, por lo que al quedar viuda fue cuando se comenzó a plantear estudiar, ya que en la infancia el trabajo y el cuidado de sus hermanos se lo impidió.

"Primero estuve en el Colegio de Adultos y me saqué el Graduado normal", señala Encarna, que hace dos años obtuvo el título de ESO para el que "aprendí mucho de Fernando Alcaide", y que en su participación en la Universidad de Mayores guarda un gran recuerdo de los profesores, con especial ilusión por el aprendizaje adquirido en la materia de Historia del Arte.

"Ya no era porque me sirviera para trabajar, sólo quería estudiar y saber, y con el tesón y la ayuda de todos los profesores, lo he logrado", algo que no era fácil porque ha tenido que completar muchos de los trabajos "por ordenador, que yo no sabía nada y ahí he estado machacando y haciendo cursos".

En el barrio, en su calle García Lorca donde vive desde 1977 cuando hicieron dichas viviendas en cooperativa, el ambiente es de alegría porque se haya reconocido a una vecina para ser Rey Baltasar el próximo día 5 de enero, en el que sus sobrinos serán parte activa de la carroza: "Yo estoy muy contenta y estando contenta, seguro que las cosas van a salir medianamente bien", concluye Encarna.