El periodista Jesús Cintora presentará en Arahal su libro “No quieren que lo sepas” el martes, 14 de marzo, a las 18:30 horas en la Casa del Aire (calle Veracruz, 2). Cintora impartirá una conferencia abierta a preguntas del público. El autor está haciendo una gira por España con actos que dan pie al debate con la ciudadanía. Los asistentes muestran curiosidad, sobre todo, por lo que ocurre por detrás en el mundo de la televisión, del periodismo en general, de la política o de la economía. El libro alcanza la sexta edición y figura entre los más vendidos en la categoría de no ficción desde que salió a la venta. Hemos mantenido una ENTREVISTA con Jesús Cintora, en la que el periodista defiende un periodismo libre que abogue por contar asuntos que nos importan a todos, a la vez que se aleje del sectarismo. En definitiva, en el periodismo y en todo lo que le rodea, reconoce que ha conocido y existe gente maravillosa, pero advierte de que "sobran los tapones, la gente que ocupa puestos sin merecerlo, las redes clientelares y, en definitiva, los corruptos", expresa Cintora.
Jesús Cintora acumula más de 25 años de experiencia presentando programas en el gremio, tanto en la televisión como en la radio. Es uno de los referentes del periodismo político y social en España. Ha presentado espacios como “Las cosas claras”, en TVE; “Las mañanas de Cuatro”, en Mediaset; “Carretera y manta”, en La Sexta; diversos programas en la Cadena SER, donde trabajó con Iñaki Gabilondo…
En “No quieren que lo sepas”, Cintora investiga, opina y muestra un mapa “del verdadero reparto de poder en España, de los tapones que frenan los avances y hace una apuesta por la regeneración”. El autor parte de una bella narración de su infancia a finales de los 70 y comienzos de los 80. Hijo de una ama de casa y de un ganadero de pueblo, Jesús Cintora se adentra así en sus inicios en el periodismo y las trabas que se ha ido encontrando para desempeñar la profesión con no pocos palos en las ruedas.
Jesús Cintora ha ido destapando los entresijos de la política en la última década en España publicando los libros “No quieren que lo sepas”, “La Conjura”, “Conspiraciones” y “La hora de la verdad”.
-LA VOZ DE MARCHENA. Buenas tardes, en primer lugar, bienvenido a nuestra comarca de La Campiña sevillana. Ágreda (Soria) es su lugar de origen, ¿qué nos puede decir de su tierra y de cómo le influye su experiencia en una familia humilde para ser periodista?
-JESÚS CINTORA: Muchas gracias por la bienvenida. Los maestros del pueblo son los que me cambiaron la vida para ser periodista. Fueron esos profesores a los que creo que les debemos tanto en este país. Hay maestros que han hecho infinitamente más por millones de jóvenes que muchos políticos. La Educación y la cultura puede mejorar una nación a medio y largo plazo de una manera determinante si se apuesta realmente por ella, con pactos sostenibles y sin politiquería.
-VM: Cómo ve el país Jesús Cintora en el día a día de este último año y medio como ciudadano, tras verse condenado al paro, y qué similitudes y diferencias encuentra en cómo lo percibía en el desempeño directo de su profesión?
-JC: Ha pasado un año y medio desde que me quitaron de TVE, de un programa que iba bien, pero yo no he parado. Hay gente arriba que me apartó y que quieren quitarme de la circulación, pero no voy a parar mientras tenga salud. Y me han quitado con un gobierno y con otro, pero sigo en pie. Apartado de los grandes medios, a pesar de haber hecho buenas audiencias, pero hay que seguir. Estoy con la gira de “No quieren que lo sepas”, presentando el libro y hablando del papel de los medios de comunicación, de la censura, de gentuza que hay en este negocio, pero también de gente maravillosa, que la hay. Tenemos un país con un enorme talento. Sobran los tapones, la gente que ocupa puestos sin merecerlo, las redes clientelares y, en definitiva, los corruptos.
-VM: A usted lo han cesado de dos programas que, además de cumplir objetivos de audiencia, trataban de temas de interés general para la población. Puede parecer nuestra afirmación espuria, pero ¿por qué se aprecia claramente que estos temas de interés para la ciudadanía van desapareciendo en favor ya no solo del ‘entretenimiento’, sino de la propagación de temas políticos de menor interés o de conflictos internacionales de los que sólo se nos ofrece la superficie y no las raíces?
-JC: Algunos políticos no quieren periodistas, sino militantes o incluso soldados. El periodismo debe contar lo que pasa, pero hay asuntos que no se tratan o se pasa de puntillas porque afectan a gente poderosa, del ámbito político o económico. Y directivos en medios que se prestan a eso para conservar su poltrona. Hay jefes decentes, pero también los hay que están ahí por ser serviles. El entretenimiento es necesario, pero los medios también deben cumplir una función de contar asuntos que afectan a lo que nos pertenece a todos: el dinero público del rey emérito, los presupuestos que se llevaron empresas como la de Florentino en el cártel de la construcción denunciado por Competencia… Se ha ido recortando en programas de investigación, de reflexión sobre los grandes temas de calado, porque muchas veces interesa a los de arriba tener a la gente distraída con otras cosas.
-VM: Vayamos a hablar de su libro, como diría aquél. ¿Quiénes controlan hoy en día el pastel mediático español? ¿Qué no quieren que sepamos y por qué? Entre otras cosas, imaginamos, como usted ha propuesto en alguna entrevista, seguir el rastro de la fortuna del Rey, actualmente fugado…
-JC: Del libro estamos hablando desde el principio, porque estos temas van en “No quieren que lo sepas”. Por eso, la gente lo está comprando, porque quiere saber. Y no por entrevistas en grandes medios. Es sobre todo por el boca a boca. A mí en TVE, en Telemadrid o en La Sexta no me han entrevistado para hablar de este libro, que va por la sexta edición. En tu pregunta has dicho varias cosas y la respuesta sería larguísima. Resumiendo mucho, del emérito seguimos sin saber cuánto dinero tiene fuera de España y dónde. De los que controlan el pastel mediático, siempre están los gobiernos en la pública y, en la privada, alguno que está ya empachado de tanto pastel y se le nota, que deje algo para los demás, por Dios…
-VM: Yendo de nuevo al tema de sus ceses, ¿supuso una decepción que un partido como el PSOE en un medio público como RTVE, a diferencia de Cuatro, privado, formara parte directa de su cese, sin impedirlo?
-JC: Mira, esto que te voy a decir es muy importante. Consejeros del PSOE y Unidas Podemos están sumando sus votos para aprobar un montón de proyectos y medidas en TVE. Sin embargo, no han sumado sus votos a cambio para que yo haga un programa en TVE. Esto debe quedar muy claro. Frente al bulo de que en TVE manda la derecha, que no es verdad. A mí me ficharon en TVE cuando me llamó un Director de Actualidad nombrado en esta etapa de gobierno. Fui para allá, el programa iba bien, me quitaron y me dejaron en la calle, sin alternativa, después de haberme llamado. La mayoría en el Consejo de TVE la tiene el gobierno. Cuando me quitaron y ahora. Y los directivos tienen línea con Moncloa. Que nadie se lleve a engaño. Dicho esto, yo no culpo a todo el PSOE ni a ningún partido en general. El Partido Socialista es mucho más grande que quien esté ahora en Moncloa o que quien decidió dejarme tirado tras llamarme a TVE. Ya me dirás tú qué culpa tienen de esto los concejales de Marchena, de Morón o de Arahal. Por otra parte, sí tengo claro que a mí me apartan en una etapa del gobierno actual, que tiene el poder en el Consejo de TVE y en el nombramiento de directivos de TVE. Claro. No soy ingenuo, aunque te traten como tal.
-VM: Los propios grandes medios, o incluso conocidos profesionales de la información, cargan contra los bulos y la desinformación como si fueran cosa nueva de las redes sociales. Ya se cumplen dos décadas de las supuestas armas de destrucción masiva en Iraq, y Aznar sigue dando conferencias en medio mundo, o precisamente no tiene anclaje en las redes sociales la campaña contra Podemos por parte del Ministerio del Interior, el Partido Popular con la aquiescencia de un famoso director de una tertulia televisiva. ¿Qué nos puede decir de ese caso de eliminación de la disidencia política o simplemente de otra fuerza de repercusión social significativa, que tan atentamente ha seguido usted? ¿Por qué al final ‘todo sigue igual’ y no se pagan las consecuencias de construir ya no un bulo, sino todo un relato a través de informaciones falsas?
-JC: Los bulos y las cacerías hay que denunciarlos siempre y actuar contra ellos, porque son atentados a la democracia. En estos casos y en todos. Por otra parte, en cuanto a Podemos, Sumar, Izquierda Unida, Adelante Andalucía, también cabe reflexionar sobre la fragmentación y las disputas internas. A veces los egos, las envidias, los favoritismos, las rencillas o los egoísmos se imponen en las organizaciones humanas, se ponen por encima del bien común y es patético. Yo no me decanto por nadie, sinceramente, pero animo a que reflexionemos en España, en general, sobre esa tendencia de la política hacia el culto a los líderes, por encima del valor de las organizaciones. Creo en las formaciones que se vayan extendiendo poco a poco desde los barrios, los pueblos o las comunidades y tejiendo partido, con compromisos de ideas y trabajo, no de pleitesía a los líderes y de competir por quién está más cerca de los que mandan, en una formación política o donde sea. Detesto a los pelotas, creo en el trabajo, en el mérito y en la buena gente.
-VM: Ha denunciado multitud de casos de corrupción o de conexiones entre el poder político y el económico, o entre el político y las fuerzas de seguridad,. Vemos entre otros de los últimos que pone de relevancia a través de sus redes sociales, la permisividad del Estado (a través del poder judicial en este caso) con empresas que han cometido irregularidades en procesos públicos de contratación y que se marchan al extranjero para evadir el pago de impuestos tras recibir subvenciones públicas millonarias, o la impunidad-carpetazos a asuntos judiciales de varios políticos del PP envueltos en tramas de corrupción como Cospedal en una trama dedicada a destruir pruebas de corrupción o más recientemente la del número 2 de Interior en su petición al presidente de la Audiencia Nacional de información de casos en los que estaba siendo investigado. ¿Hasta cuándo seguiremos así en este país? ¿Hasta cuándo el periodista honesto y que no se autocensura, que toma las riendas con estos temas, está condenado al camino del despido, con influencia en esos ceses, no solo de los empresarios de los medios de comunicación, sino de políticos a todos los niveles?
-JC: Hay periodistas buenos, malos y regulares. Detesto muchas generalizaciones y etiquetas. Soy consciente de que, a veces, no solo se corta o se entrega la cabeza de un periodista, sino que se exhibe públicamente para que otros tomen nota de lo que puede pasar. Y esto ocurre con el periodismo nacional o local. En mi propia experiencia, sí es muy raro que, llevando 25 años haciendo programas de radio y de tele, con buenas audiencias y con un público que me quiere, no me dejen trabajar en los grandes medios en democracia. Sin que puedan decirme que me quitaron por mentir, porque no fue el caso. Me considero un currante de esto y contrastar la información o tener olfato por experiencia también va en ese curro de años. En España ha habido avances muy importantes en las últimas décadas, pero necesitamos seguir avanzando en otros aspectos y no estancarnos o retroceder. El periodismo es una de esas parcelas y hay quien se llena la boca de avances, pero el movimiento se debe demostrar andando. Frente a los deseos de periodismo militante o de partido, necesitamos más periodismo libre. Por cierto, o es libre, o no es periodismo. Es otras cosas, como propaganda.
-VM: En ámbitos más modestos, al igual que en los superiores, también se está trasladando el mensaje político al periodismo de que si no estás conmigo, estás contra mí, y si estás contra mí no accedes al medio público, cuestión que ocurre incluso en Ayuntamientos que controlan esos medios. De ahí podemos dar vueltas y hablar de la ‘Ley mordaza’ que afecta a ciudadanos que se manifiestan y a periodistas que cumplen su trabajo en esas manifestaciones, expuestos a identificaciones continuas, o de las ruedas de prensa sin preguntas que el periodismo acaba tolerando. ¿Cuál es su opinión de estos asuntos y por qué las asociaciones de la prensa no hacen más?
-JC: Detesto la política de postureo. Ese entreguismo a lo peor del marketing, a intentar aparentar lo que no se es, a que los medios hablen más de lo que se ha dicho o de la imagen, que de lo que se gestiona. La política debe ser gestión, administración, y a eso lo acompaña una ideología, claro, que fundamente que las cosas se hagan de una manera u otra. El marketing tiene el lado positivo de acercar la gestión a la ciudadanía, pero todo no puede ser pavoneo. A veces ese ensimismamiento lleva también a despreciar a los periodistas si no te bailan el agua. No somos palmeros, somos periodistas. Y por lo que dices de la Ley Mordaza, sí, debe derogarse. Además, lo prometieron. Aunque hay muchos tipos de mordaza.
-VM: Somos de prensa escrita, y no nos resistimos a preguntarle por medios independientes que salen adelante, pero con dificultades en no pocos casos para prosperar económicamente sus redacciones. ¿El espectáculo televisivo puede con todo? ¿El interés político y empresarial en financiar cabeceras tradicionales? ¿Por qué no acaban de penetrar en la ciudadanía a niveles mayores de audiencia, haciendo en líneas generales a nuestro entender, un digno trabajo?
-JC: El consumo de medios está cambiando y más que va a cambiar. Hay cada vez más gente que se informa por canales diferentes. También mucho talento para crear. Ojalá haya más espacios para el periodismo puro y duro, sin militancias. No un periodismo de partido, sino buscando la verdad, que es el mejor servicio que se le puede ofrecer a la ciudadanía. Eso es lo que a mí me interesa.
-VM: A raíz de la pregunta acerca de la campaña contra Podemos, y por la presencia frecuente de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en tu programa antes de que ocuparan los cargos de responsabilidad que han ocupado, ¿quiénes eran hace diez años y quiénes son hoy, a través de sus ojos, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias? ¿En qué medida ha podido desviar la atención la izquierda, o no, de los problemas de la gente, de esos desahucios, subida del precio de alimentos y de alquileres, mientras se eternizan otros, no exentos de interés, pero se estiran demasiado en los medios como La Ley del Solo sí es sí o la Ley Trans, entre otros, o enfrentamientos políticos diversos? ¿Le va a ser suficiente a la izquierda el bien recibido aumento del salario mínimo y los cambios en favor de la clase trabajadora impulsados por Yolanda Díaz en la Reforma Laboral?
-JC: A Sánchez e Iglesias los llamé para participar en Las Mañanas de Cuatro en 2013. Aquel fue un programa muy fresco por el que vino mucha gente. Pero, sobre todo, pongo en valor que participaba bastante la ciudadanía contando sus problemas. Hoy, la vida nos ha ido cambiando a todos para bien o para mal, porque los años pasan. Por lo que preguntas de España y el gobierno, sí remarcaré que en este país hay un Consejo de ministros. Los aciertos y errores son de un ejecutivo de coalición. Lo bueno, lo malo y lo regular. Lo que haya pasado o pase con el salario mínimo, el impuesto a la banca, los precios, la vivienda, los ERTES, la mordaza, el sí es sí, la política de Defensa, de Economía, de Igualdad… Son los electores los que deben juzgar si es suficiente o insuficiente.
-VM: ¿Qué representó en la forma de comunicar el Pablo Iglesias que irrumpió ya hace casi una década a través de penetración vía apariciones televisivas? Su preparación política, defensa de temas en los debates y capacidad ha sido reconocida casi hasta por sus más acérrimos enemigos, ¿volverá a ser el líder de Podemos más pronto que tarde?
-JC: No tengo ni idea de lo que hará en el futuro, la verdad.
-VM: Al hilo de lo anterior, y ahora respecto a Sánchez, a nivel de política internacional, ¿cómo recibe el electorado de izquierda que Pedro Sánchez refuerce el gasto en armamento en Ucrania criticando la invasión rusa y sin embargo refuerce las relaciones con los poderes políticos y económicos de Marruecos y empresas españolas que allí operan, un régimen inflexible con la disidencia y opresor del pueblo saharaui? ¿Cómo hace unos años se presentaba al mundo con la solidaridad por bandera en el caso del Open Arms y los emigrantes sirios y ahora se producen episodios como el de los 39 muertos en la valla de Melilla mientras mantiene esa excelente relación con Mohammed VI?
-JC: El cambio en las relaciones con Marruecos y el Sáhara no se ha explicado bien. Falta transparencia en este asunto. Mi apoyo al pueblo saharaui. Y, respecto a los migrantes, yo siempre estaré con la gente desfavorecida y con los derechos humanos.
-VM: En el caso de la derecha, mientras los beneficios de las grandes empresas se multiplican, se apela al sentimiento patrio, a liderazgos como los de Feijoo y Ayuso y sostener la alta presencia de Vox en el tablero político. Sin embargo, en las encuestas, no les va mal…
-JC: La banca, las constructoras, la industria de las armas o las cadenas de supermercados están presentando grandes resultados económicos. Al mismo tiempo, buena parte de la ciudadanía está sufriendo subidas de las hipotecas, de los recibos de la energía o de la cesta de la compra. El aumento de la desigualdad es un peligro del tiempo que vivimos y no solo en España. Son los dirigentes, de uno u otro color, los que deben tener esto en cuenta, porque su responsabilidad es que haya el mayor equilibrio, no que se beneficien unos en detrimento de otros. Por otra parte, está lo que preguntas sobre las encuestas y la derecha. Veremos qué ocurre. Si vamos a nuevas coaliciones, a mayorías absolutas o a qué. No me gusta tampoco hacer pronósticos.
-VM: Casi coincidimos con el 8-M en esta entrevista. Hemos hablado de algunas que otras tramas, ¿qué puede pensar el ciudadano de a pie cuándo los discursos de un partido político que gobierna chocan con un número de diputados no corto implicados en la trama del tito Berni?
-JC: El caso del Tito Berni, igual que lo que está saliendo de presunta corrupción en la Guardia Civil, debería aclararse y que hubiera justicia. La corrupción no tiene unas únicas siglas. A veces veo debates patéticos sobre qué partido es más corrupto, como si fuera una competición. Lo fundamental debe ser que se aclare cualquier caso, sea del partido que sea. Para mí, si uno del PP de la Gürtel es corrupto, lo es. Si ha ocurrido con uno del PSOE en los ERES, lo mismo. O un consejero de IU en Caja Madrid o Pujol o el emérito o quien sea. No me caso con nadie y menos en temas de corrupción. Me preguntaban esta mañana por la trama en Obras Públicas en el Gobierno de Revilla en Cantabria, pues lo mismo, que lleguen hasta el final. Yo no me caso con nadie. Estoy soltero, por cierto. Jajajaja.
-VM: Nos despedimos con unos cuantos cruces de paradojas. Llega a Andalucía donde se consolida el cambio político del Gobierno del PP al que podemos asegurarle que, en virtud de su trabajo diario, ciudadanos de a pie no tradicionalmente votantes de la derecha le han votado, si bien comienza a haber movilizaciones de gran trascendencia por la gestión de la sanidad pública y posibles privatizaciones o en temas de impuestos a grandes fortunas han seguido la línea de siempre, a una Andalucía de donde estuvo a punto de surgir una lideresa socialista a nivel nacional como Susana Díaz (PSOE) que conjuga en torno a ella acérrimos y detractores y a un pueblo como Arahal estandarte de Izquierda Unida con una amplia mayoría en el Ayuntamiento y con un trabajo muy bien valorado no solo por los votantes de izquierda del pueblo. ¿Cómo percibe Andalucía a todos los niveles y en especial en el sociopolítico? ¿Qué le dice al público para que asista el martes a la presentación de ‘No quieren que lo sepas?
-JC: Me han cerrado micrófonos, me han callado y, por eso, estoy enormemente agradecido a quienes me están llamando para hablar, que me abren micros y puertas. Estoy muy agradecido a Arahal antes incluso de dar mi conferencia este martes, 14 de marzo, que te aseguro que será interesante y sorprendente. Quien quiera enterarse de lo que se cuece, más allá de siglas y de etiquetas, que venga. Y si compran el libro “No quieren que lo sepas”, genial, pero si no, también. La entrada es libre y están pasando cosas gordas que merecen ser contadas. La gente puede venir y preguntar libremente. Responderé. Para mí es una suerte seguir aprendiendo de cada lugar al que voy, porque un periodista tiene que estar permanentemente en contacto con la ciudadanía y con los pueblos de España.