Editorial

Este domingo se celebran las elecciones municipales en Marchena.  Cuatro años más tarde, el pueblo marchenero tiene la oportunidad de decidir por sí mismo en esta jornada festiva de la democracia y no tener el domingo a última hora de la noche la amarga sensación de que han decidido por él o que si hubiera asistido a las urnas tal vez hubiera sido otro el resultado. Desde la libertad y con la responsabilidad que lleva implícita el voto, y también en memoria de quienes lucharon durante décadas de represión y dictadura para traer la democracia a España, animamos a la participación este domingo en las urnas.

En una búsqueda de fantasmas donde no los hay, el alcalde obvia el hecho de haber rectificado pública y notoriamente la información dada, lo cual no ha sido referido en su escrito, que insistimos, obvia este importante detalle. Aprovechamos la carta para solicitarle la misma diligencia para que el Pleno no se convierta en foro falto de rigor y sobrado de chabacanería. Reproducimos nuestra carta en atención al alcalde, que tiene respuesta en cuestión de 30 minutos por nuestra parte, solicitándole idéntico trato de aquí en adelante cuando requiramos información.

Por la presente, le agradecemos a nuestra fiel audiencia en particular y al pueblo de Marchena en general, el seguimiento que está demostrando hacia www.lavozdemarchena.es en este año y medio de desarrollo, así como a las casas patrocinadoras su sólido apoyo para que este periódico sea posible, y por supuesto a todos aquellos que nos prestan su colaboración desinteresada invitándonos a sumarnos a su día a día y a los asuntos de interés general de Marchena, así como a todos los que nos siguen desde fuera de nuestra localidad, cuestión que nos llena especialmente de satisfacción.

El pasado 12 de octubre se celebró en toda España el día de la Hispanidad. Esta efeméride se convirtió en un cúmulo de improperios, insultos, abucheos y peticiones de dimisión al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. La otra fuerza política mayoritaria, el PP, lejos de condenar los abucheos, los justifica y ve en las medidas gubernamentales propuestas después de estos incidentes para evitarlos, "una limitación de la libertad de expresión", posicionándose de esta forma muy claramente.