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EDITORIAL.  Los dirigentes del PSOE de Marchena, encabezadas por la alcaldesa y la concejala de Igualdad han defendido la libertad sexual, la elección de quién enamorarse y la orientación sexual libre de las personas, a raíz del comentario del portavoz de Vox en nuestro pueblo en el que expresaba que determinados colectivos de personas trabajadoras y empresarias, anónimas en el dia a día, "no tienen banderas ni colorines", palabra esta última en la que empleó lo que se denomina en la Lengua un sufijo despectivo, en referencia a los colores de la bandera LGTBI, que tanto ha dado que hablar. El alto grado de difusión de esta defensa de los derechos de las personas por parte del PSOE de Marchena, contrasta con el poco apego y la animadversión demostradas a personas, ya no diversas siquiera, sino que simplemente no comulgan ni se arrodillan ante cualquier tesitura de estos dirigentes que en este tema apelan a viva voz a la defensa de la democracia, resultando por distintas experiencias y, a nuestro modesto juicio, poco creíbles ni congruentes.

 


De esta forma, la concejala de Igualdad y Asuntos Sociales, Mercedes Abadía, cerraba con un cúmulo de exclamaciones, en reacción en redes sociales al comentario del portavoz de Vox y en defensa del alegato a la tolerancia y al respeto de Miguel Talaverón, un "no podemos mirar hacia otro lado en este tipo de agresiones y privando la libertad de las personas!!!".

 

Lo de mirar para otro lado, según nuestra experiencia, no se le ha dado mal a la concejala a la hora de excluir el interés de un medio diverso, o distinto al que tenga en preferencia, cuando nos interesamos en realizar una entrevista en otro tema sensible y justo de tratamiento como el de la violencia contra la mujer. Desde noviembre estamos esperando la respuesta. Pero para ellos somos "privados", pese a que informemos y sea nuestra identidad, con nuestros aciertos y errores, ofrecer información de interés general y público del pueblo, con las connotaciones con las que se emplea privado en el discurso demagógico que a veces se hace de lo público.

 

Hablan de diversidad pues, en esta causa justa y necesaria de erradicar comportamientos intolerantes que todavía persisten en parte de la sociedad, desgraciadamente, los miembros del PSOE de Marchena, y nos parece un asunto en el que su posicionamiento es lógico, adecuado y justo, como no puede ser de otra manera en un tema que ha generado en décadas no tan pasadas insultos, agresiones físicas, o sin irnos más lejos, que personas homosexuales se encuentren incómodas y, sufriendo en silencio en Marchena a causa de algunas personas homófobas, se hayan marchado.

 

Es de justicia recordar el papel trascendental de Pedro Zerolo (PSOE) en derechos como el matrimonio homosexual y la adopción de niños por parejas homosexuales, que supusieron un antes y un después, y sobre todo, tener en cuenta acontecimientos trágicos como el asesinato de Samuel Luiz aún no hace un año en La Coruña, advertencia de que la homofobia persiste en ciertas capas de la sociedad.

 

Con esto queremos decir, que la injusticia, la insolidaridad, la fata de equidad en el tratamiento, el desprecio y el ninguneo, la inquina con algunas personas que piensan diferentes o con las que ellos quieren etiquetar como adversarios simplemente por no 'hacerles la ola' a cada momento, casa bastante mal con la defensa política tan justa y acertada que esta semana ha realizado el PSOE de Marchena de la diversidad sexual y del colectivo LGTBI.

 

No hemos coincidido con Julia Iriarte, secretaria LGTBI del PSOE de Marchena, y por tanto aclaramos que la cuestión de la incongruencia no es referida a ella, tras la charla de precampaña electoral mantenida en este sentido por el PSOE local el pasado jueves a la que este medio de comunicación no fue invitado por la dirección del PSOE, como no lo está siendo a ninguno de los actos de campaña de las elecciones andaluzas. Diversidad...

 

Y así, como la experiencia propia es lo único que nos puede llevar a reflexionar sobre las cosas, o lo que mejor, nos sentimos en el derecho de realizar esta crítica constructiva al PSOE de Marchena, aunque la constructividad dependa más del que la recibe que del que la propone.

 

No es diversidad la actuación del equipo de Gobierno y por ende del PSOE en los temas referidos, ni desautorizar a técnicos municipales a atender requerimientos informativos o dar una simple programación o información de eventos, entre otros culturales, sociales, o de personas con distintas capacidades, a saber ellos bien por qué. ¿Diversidad? No; eso es exclusión. 

 

No vamos a entrar, ni solemos, en el rifirrafe político entre quienes señalan que en torno al movimiento LGTBI hay "chiringuitos", como afirma VOX sin detenerse a pensar que en otros ámbitos también pudiera haberlos ni en casos puntuales en los que determinados políticos de distintos partidos parecen competir entre quién grita más o más veces para hacerse defensor de una justa causa y casi considerarla en exclusividad de su partido, lo que también puede llevar a un fanatismo que en nada conviene a determinadas causas y que a veces las llegan incluso a desvirtualizar o a perjudicarlas, incluso. Es un largo debate que ahora no nos ocupa.

 

Además de lo apuntado respecto a diferentes asuntos, el caso es que el respeto a la diversidad, al diferente, o al otro posicionamiento, poco o nada ha existido en el devenir de la actuación política de algunos miembros del equipo de Gobierno. 

 

Podríamos poner variados ejemplos. Ahí está la sentencia del Contencioso Administrativo ratifica la obligación de la alcaldesa de cumplir con la sentencia del TSJA que anula el pleno de aprobación de liberaciones parciales de cuatro concejales, con consecuencias económicas incluidas, a raíz de la denuncia de esos 'fascistas' de Izquierda Unida, entre ellos Francisco Javier Segovia, a quien los jueces le dieron la razón en su denuncia por vulneración de sus derechos como concejal, después de años sufriendo burlas públicas del PSOE de Marchena, alcaldesa y concejales que lo machacaron a decir que "se iba de excursión" en referencia a la visita profesional con su Ciclo de Cocina y Gastronomía el día que no pudo asistir a Pleno y que ni con sentencia judicial después de varios años, han pedido perdón en gesto de empatía o democrático ninguno de ellos. El ex concejal del PA, Andrés Sánchez Luque, también sabe de lo que es acudir a un Pleno al sprint en el que se incluyó el punto de la aprobación de sueldos de los concejales en 2016 y que luego se retirara, a su llegada, por no contar entonces con mayoría absoluta el Grupo Socialista. El daño político concienzudo que mientras duró el proceso judicial, quizá con cierto rédito electoral, se le hizo al concejal de IU y a su partido tildándolo de estar con la derecha por no coincidir con María del Mar Romero, quedará para los anales en los manuales de cómo usar un mantra a fuerza de repetir una mentira ideológica.

 

Hace menos de un mes también hemos informado de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha determinado, refrendado por el Tribunal Supremo, que la alcaldesa vulneró el derecho de participación de la portavoz del Grupo Popular no facilitando acceso a los informes de una auditoría a trabajadores municipales.

 

Algunos conflictos con colectivos marcheneros, sin entrar aquí nosotros en el fondo de las posibles razones de unos y de otros, se han saldado con coincidencia de sus actores en señalar la dificultad de entablar diálogo con la alcaldesa. 

 

Ganemos Marchena, con su primera portavoz Montserrat Ligero (precisamente activa luchadora por los derechos LGTBI y colocar esa bandera en el balcón del Ayuntamiento el 28 de junio) ya se quejó al igual que todos los grupos de entonces de las dificultades para recabar información municipal en su acción política.

 

Ciudadanos en esta legislatura denuncia la ínfima duración de Comisiones Informativas donde varios temas se incluyen en un tiempo de quince minutos. Uno de sus concejales, Abraham Martín, abandonó (es la única vez que lo ha hecho) un Pleno afectado por la referencia de la concejala de Igualdad (que tanto defiende la sensibilidad de las personas y nuevamente lo ha hecho con buen criterio en el tema LGTBI) a un asunto personal de enfermedad de un familiar directo para despejar el debate político sobre asuntos de dependencia. ¿Hubo entonces ahí toda la sensibilidad y respeto que se requería?

 

Yendo a temas más mundanos, nos encontramos con otra espléndida muestra de 'tolerancia a la diversidad política' cuando la propuesta de la oposición encabezada por Marchena Cien por Cien, de realizar un homenaje a los voluntarios del COVID el día de Andalucía, fue rechazada con el pretexto del Covid mientras el propio equipo de Gobierno acudía u organizaba actos públicos en ese febrero. 

 

Deben ser todos estos diversos partidos políticos (no falta ni uno del arco político), que por cierto representan en su suma el voto de miles de marcheneros, unos 'fascistas' o 'aprendices de fascistas' por no estar en consonancia con los criterios del PSOE, a cuya secretaria general y también alcaldesa, le ha afeado la oposición, en su calidad de presidenta del Consejo de Administración del medio público, la ausencia de celebración de debates entre los portavoces políticos en la televisión pública, al menos fijados bimestral o como mínimo trimestralmente, cuanto menos en la anterior legislatura y que desconocemos si en la presente ha cambiado la reglamentación, reglamentación que a nivel de participación política, por ejemplo, y en relación al Pleno de Marchena, no permite que los ciudadanos porten pancartas cuando asistan al Pleno o que intervengan en el debate.

 

Leer pues, tras todo lo dicho, vivido y experimentado, que podríamos extender con diversos temas más, que la alcaldesa de Marchena, María del Mar Romero, manifiesta en relación a las palabras del portavoz de VOX que "cuando alguien quiere imponer su opinión, su modo de ver, su manera de pensar, cuando no acepta que alguien opine, sea o piense diferente, eso es FASCISMO", y que lo diga sin preocuparse de mirar al espejo para analizar sus propios talante y actuaciones en diversos temas, no puede más que llevarnos a preguntarnos ¿por qué diversidad para algunas cuestiones, totalmente justas, por supuesto, sí y para otros asuntos del día a día de absoluta seriedad, no?, lo cual, a nuestro modesto juicio, resta credibilidad y fuerza a la encendida defensa en tropel y abanderamiento de nobles causas que algunos dirigentes y rostros públicos del PSOE se propongan, como han hecho en el tema LGTBI, salvo que en el futuro se propongan enmedar ciertas actitudes de desprecio a la pluralidad política depositaria de la soberanía popular, y también en el ámbito no político, en Marchena.