A partir de este viernes estará abierta en la sede de la Escuela de las Artes de Marchena (calle Milagrosa) la exposición Geoarte, dirigida por el marchenero José Antonio Suárez, el creador de una muestra que estará de gira por toda Andalucía y que combina fotomontajes, fotografías, pinturas y textos poéticos creativos de gran plasticidad y con especial atención a la relación del ser humano y sus culturas con el Planeta.
La exposición, que también estará en Sevilla y Córdoba se basa en el Geoarte, que es un estilo de pintura que nace hace una década de la pura experimentación, del juego con el color y la forma pero además es un arte con mensaje, espiritual, comprometido, sincero, nuevo y tan viejo como el mundo. “Es un guiso casero cocinado a fuego lento que hoy comparto con todos ustedes, con placer”, indica el autor.”¡Cuántos de nosotros no ha sentido una conmoción mirando una foto del planeta tomada desde el espacio!”.
Viendo una de estas imágenes enseguida entendemos que, en su faceta plástica, “nuestro planeta es una obra de arte, y más aún, científicamente es un milagro que exista. Y nosotros, humanos atareados cuan hormigas nos convertimos en puntos minúsculos, parte insignificante de la nada. Una cura de humildad”, añade.
Un arte nuevo para celebrar la búsqueda de la verdad, que “nos conduce a ser de nuevo seres humanos en el más pleno sentido de la palabra. Una necesidad de ir más allá, quitarnos de los ojos ese velo, esa venda, olvidar la idea de arte como juego o adorno, y buscar lo más profundo de nosotros en los paisajes, entre las piedras”, manifiesta.
Asimismo, define al Geoarte como “una pequeña rebelión individual buscando la alegría de lo cotidiano, alejándonos de forma natural de la intransigencia, las consignas, los dogmas, y contemplándolo todo desde una perspectiva aérea”.
El Geoarte, en definitiva, tomando elementos de todas las tradiciones y culturas y moldeando con mirada de alfarero, una nueva percepción de la realidad.
Estéticamente nos llega una primera apariencia de abstracción, pero siguiendo el ejemplo de las obras del admirado Pérez Aguilera, una mirada más detallada, nos desvela que en el Geoarte no se pierde la referencia de la realidad.
Estamos ante una de las escasas pinturas filosóficamente espirituales –y no religiosa- e ideológicamente conservacionista. Es un referente de la imagen mágica, mítica y profunda, es algo que se puede tocar, es orgánico y es natural, pero al mismo tiempo, simbólico, parte de nosotros, o nosotros somos parte de ello.
La necesidad de búsqueda personal está detrás de este proyecto, “un juego de intuiciones y razones que se completa con otras artes”. Incluye además fotografías, fotomontajes, poemas y relatos con la misma filosofía.
La fusión del hombre y el planeta que puede conocerse más a fondo en www.geoarte.es. Agua, tierra, aire. Los mares, ríos y lagos están representados con acrílico líquido, que se ha ido mezclando de forma natural, sin apenas ayudas de pinceles.
La tierra está representada con adición de algunas arenas, y geles que la simulan y las nubes y pintadas con aerógrafo. Es decir, el agua con agua, la tierra con tierra y el aire con aire. Las fotografías acompañan en la exposición a las pinturas para enriquecerlas.
Y por último está la palabra, la poesía y la literatura. “Algunos piensan que gracias a las palabras podemos reconstruir el mundo, o al menos, nuestro mundo”, manifiesta Suárez.
Los geoversos están trazados sobre un mapa, pero también sobre una persona. Detrás de cada poema hay una persona, a la que se retrata en el poema, siendo además, el paisaje, la geografía del país donde nace,
protagonista del hecho creativo.
Por último los relatos breves son historias de personas y lugares, repartidos por la geografía mundial, a modo de cuentos del planeta, que bucean en las culturas, ritos, o asuntos menos conocidos, en torno a la búsqueda de una sabiduría ancestral.
“Todos los protagonistas de los relatos nos vienen a decir lo mismo. Que todos, por más que nos creamos altos o bajos, listos o torpes, ricos o pobres, somos parte de lo mismo, de una unidad, de una esfera azul que flota en medio de la nada del espacio, creada no se sabe muy bien por quién. Por eso todos estamos representados en el Geoarte”, concluye el autor.