Así lo definió Juan Reyes, amigo personal del autor y ex presidente de la Peña Flamenca de Marchena, donde tuvo lugar el acto de presentación de este libro, el primero de una saga que nos hará entender mejor el mundo del flamenco, la vida de sus protagonistas y la época que les tocó vivir. Eduardo Ternero estuvo acompañado además en el estrado por el actual presidente Antonio Jesús Hidalgo, que insistió en la valía de la obra presentada y en la importancia del estudio y divulgación de nuestro arte más universal. El autor hizo una sinopsis de su libro, en el que ha investigado "desde su protohistoria y primeros pasos a finales del Siglo XVIII hasta la figura de Pastora Pavón ya entrado el siglo XX"
“Eduardo ha sido fiel a la génesis del proyecto; el libro no solo trata de biografías de artistas y de contar la esencia de sus vidas, sino que muestra a los personajes del flamenco intercalados con su tiempo social, político y económico, guarda un carácter profundamente antropológico porque relaciona al artista con el tiempo que le tocó vivir" afirmó Juan Reyes, quien además destacó la faceta como docente de Eduardo Ternero en una "época de cambios de una enseñanza tradicional a otra más acorde con nuestros tiempos".
Con una clara vocación docente, Eduardo Ternero, se refirió a su investigación, "desde la protohistoria y primeros pasos a finales del Siglo XVIII hasta quedarse en la figura de Pastora Pavón ya entrado el siglo XX". Para él "el flamenco cristaliza hace apenas dos siglos pero “arranca desde más atrás”, llegando a través de los indios que de la corte persa se trasladarían a la Península Ibérica en oleadas en el siglo V y VIII y también de los que llegaron en el siglo XIV por Turquía y Hungría hasta el Reino de Aragón" y asegura que “la música que tenemos de Al Andalus sigue ese recorrido, que no es propiamente árabe, sino que llega a través de los gitanos de Persia, y el pueblo gitano el que lo ha traído y lo ha preservado, y es hoy en día Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por estas raíces y porque en sí mismo es un arte universal, no porque sea exclusivo de Andalucía.
En el acto se trató de los cafés cantantes, de distintas etapas como la protohistoria, la Edad de Oro, el clasicismo, de Silverio Franconetti, Los Torres, Los Frijones algunos de los protagonistas con los que arranca, hasta llegar aproximadamente al primer tercio del siglo XX. Para ello, Eduardo Ternero ha realizado un ingente trabajo de documentación en Bibliotecas de pueblos, enclaves flamencos, también, por supuesto, en la capital hispalense, devorando revistas de prestigio en este ámbito como Candil, Flamencología (de Juan de Plata) cuyos autores han escrito durante muchas décadas y han conocido a grandes genios del flamenco, y manteniendo conversaciones con personas legadas en la materia, como es el caso en Marchena, nos indica, del padre de Juan Reyes, o de una prima que defiende la raíz astigitana de la Tía Jilica de la Plaza Arriba, nos cuenta como anécdota.
La intención del libro pasa por preservar y organizar el conocimiento del flamenco por épocas. Los ejes del flamenco por zonas son profundamente interesantes. “Nació en Cádiz-Jerez-Triana, trazas esa línea Cádiz-Jerez-El Puerto, y llega a Lebrija-Utrera. Además, el flamenco se derrama por Los Alcores hacia La Campiña, y a la derecha hacia Morón y Ronda y se mete en Málaga, y por el otro lado, tira derecho hacia Lucena, Puente Genil. Y ya los cantes van variando en cada zona”. No obstante, defiende Eduardo Ternero, “hay una cosa muy clara, el flamenco gitano es la toná, la seguiriya, soleá, bulería y tango". Se narraron los enfrentamientos entre partidarios de cantaores gitanos y payos a lo largo de la historia, haciéndose referencia ineludible a la "confrontación" entre los seguidores de Antonio Mairena y nuestro maestro Pepe Marchena.
La noche estuvo salpicada de anécdotas, aunque según Eduardo "eso dará para otro libro", como la recogida en la Pragmática de Carlos III que obligaba a los gitanos a moderar sus costumbres, por decirlo de alguna manera, y cómo los llamados señoritos hacían uso del flamenco, en muchos casos, como pretexto para sus fiestas y demás entretenimientos, con un trato un tanto degradante que hasta tiempos no muy lejanos sufrieron los artistas en estos saraos.
También se habló del papel de las mujeres, “muy bien tratadas en el flamenco siempre”, salvo en la época de la dictadura en la que, como en todos los ámbitos, su participación quedó relegada. Y recuerda Eduardo el papel de cantaoras y bailaoras simultáneas en tiempos pasados (Imperio, Pastora, La Macarrona) o la proliferación incluso de mujeres guitarristas, es única. A propósito de ello se contaron anécdotas de los premiados con la Llave del Cante, y de cómo hasta el momento no está en poder de ninguna mujer.
“Primeras Luces del flamenco” es una obra editada y financiada por la Peña Flamenca, con una tirada en principio sólo para los socios, que se irá incrementando según la demanda de los lectores, y que según nuestras noticias ya conforman una larga lista de espera.
Finalmente, y antes de la actuación de Soledad Madrid, Eduardo Ternero manifestó su intención de seguir escribiendo, porque "hay material para cuatro o cinco tomos más”, que compondrán una colección del proyecto con “Primeras luces del flamenco”, cuya presentación, el mismo Día del Flamenco, abrió el programa de actos que la Peña Flamenca ha diseñado para conmemorar en XXV aniversario de su creación.