La colosal entrada de la Agrupación Carnavalera de Marchena (ACAM) al escenario del Certamen de Carnaval, pasará a la historia de esta fiesta marchenera. La particular 'Cleopatra', última reina egipcia, llevada en andas por sus esclavos en parihuela, sobre la que fue montada sentada en su sillón real, un wáter, y la vinculación de la temática, siempre desde el punto de vista de la hipérbole paródica (o no) con lo que pudiera surgir bajo los desenterramientos efectuados para las obras de diversas calles de Marchena, se metieron al público desde el primer momento en el bolsillo. Desde el sketch humorístico por Jesús Cañete y Antonio Ocaña para dar paso a esta espectacular chirigota, hasta la fabulosa colaboración musical de Nacho Oropesa, la presencia sorpresiva de Isaac Cruz en el escenario o el homenaje rendido a Agustina Galán por el renacer de la Asociación Española Contra el Cáncer en nuestro pueblo, la actuación de la ACAM fue de lo más versátil, plena de ironía, agudeza y sentido del humor.
Un operario de obras con contrato asegurado porque patrimonio lo va a dejar todo parado, según salen de sus palabras en diálogo espontáneo y simpático con el público (Antonio Ocaña) y un cuerpo de esclavo egipcio que sale repentinamente de un sarcófago encontrado bajo las obras de una población que pudiera ser el asentamiento de Martia romana en el siglo I antes de Cristo, pero que a su vez lleva al público a inferir determinadas actuaciones urbanísticas más actuales, ponen el punto de partida a lo que después viene: "Estábamos en la UVI..." grita transformado en el ex presidente del Betis, Lopera, el muerto viviente, que se congracia con el público al igual que el obrero Antonio demostrando ser dos excelentes y compenetradísimos profesionales del humor.
Desde la puerta de entrada al público, con el respetable ya en sus asientos esperando ver levantarse el telón del escenario, a espaldas del foro de unas 700 personas (casi lleno el Auditorio Pepe Marchena) aparecen esclavos impecablemente caracterizados, portando a hombros a la última reina egipcia antes de que Egipto se hiciera provincia romana en el año 30 antes de Cristo (entonces ya hacía siglos que los fenicios habían pasado por Montemolín y lo que hoy es yacimiento arqueológico del Lavadero era asentamiento urbano importante, aunque no colonia, del Imperio Romano que regía por estos lares la denominada Provincia Bética, en su máximo apogeo).
Por el pasillo central, el director de la ACAM, Antonio Borrego, se ha transformado ya entonces en Cleopatra, reina de enorme carisma durante 21 años y monarca absoluta de su reino, y que pasa ante los gobernantes marcheneros impertérrita (luego se echaría un pequeño bailecito con su homóloga del siglo XXI) y con la sinfonía de fondo de la película Ben Hur.
Hasta que la gracia del sarcófago convertido en puerta de servicio no se da, no nos damos cuenta de que estamos en pleno cachondeo de Carnaval, pues lo anterior, verdaderamente, es un montaje extraordinario propio de obra de teatro de notable categoría. El fondo de escenario con montaje fotográfico del Arco de la Rosa, tal cual Nilo, desbordado por las lluvias como sus calles aledañas en algunos momentos del otoño, podría considerarse una mezcla de teatro y de Carnaval.
En lo alto del escenario, con Cleopatra, a veces llamada María del Ra (del Dios egipcio), toda travesura de unos chirigoteros entregados en cuerpo y alma a la parodia, es reprendida, como no podía ser de otra manera en esta 'Tierra y Mar' (así denominada la chirigota) y la diosa no duda en una repetición de orden sencilla, directa y que provoca las risas del público: "¡Matadlo!" o "¡Matadla!", es la palabra de 'Cleo', la muy siesa. Otra derivación de la auctoritas de la susodicha, más andaluza ésta, sería la de "aquí mando yo y se hace lo que me sale del toto".
De ahí en adelante, la ACAM, elegante y a la vez mordaz, denunció con arte a raudales los retrasos en las obras ("yo prometo que en dos días va a estar acabá, la piscina que lleva dos años empezá...es seguro que este jueves os vais a bañar") al ritmo de la sensacional trompeta de Nacho Oropesa con sones de Paquito El Chocolatero.
Hubo momentos divertidos y cómicos en pureza como las bromas con socavones de las obras, el pastor alemán (de juguete) presente o el soniquete del patio de mi casa es particular para animar a que se agache el que pensara que iba a ganar el PP las Elecciones en Marchena, incluso para la crítica y la culpa a alguno de la Alcaldía, pues no es ni de la tierra ni de la mar. Y si no, para aliñarlo, estaba el bueno de Cabello para prometer el voto a la alcaldesa si dura la Semana Santa un mes, como terminaba una de las letras.
La facilidad para desarrollar la crítica y la alegría a partes iguales, se elevó a triángulo de nivel con pasodobles muy certeros, uno de ellos contra la lacra del bullying a niños y adolescentes, y otro para darle el lugar que se merece a la figura de Agustina Galán en el renacer de la lucha contra el cáncer. La presidenta de la Asociación subió muy emocionada al escenario en ese momento.
Y así, con otros entrañables momentos como la sorpresiva aparición de Isaac Cruz para cambiar la Navidad eres tú por 'El Carnaval eres tú' e irradiar la noche de amor y felicidad, o el público levantando las manos al unísono con los esclavos y Cleopatra en los momentos finales, transcurrió esta actuación de escenografía ingeniosa donde las haya y, de otra parte, conectada a la realidad de un pueblo que aplaudió a rabiar a la ACAM, cuyo director, Antonio Borrego, se llevó de postre una excelsa dedicatoria de las componentes de la Comparsa Femenina, que le dedicaron una canción en agradecimiento a su impulso de la comparsa, a la finalización de la actuación de la chirigota.