José López Falcón, licenciado en Filología Francesa y corrector profesional en los últimos quince años, ha sido el encargado de corregir la traducción de 'Os ruego en nombre de Dios', obra en la que Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, realiza un balance de los diez años de Pontificado que ha cumplido, a la vez que reflexiona sobre los diez mandamientos. López Falcón ha corregido unos 2.000 libros en los tres últimos lustros, algunos de ellos biografías y obras sobre relevantes personalidades del siglo XX como Francisco Franco y sus tácticas de guerra o las vidas del comandante Fidel Castro, ex presidente de Cuba y del músico e instrumentista Mike Oldfield, entre otros, además de multitud de novelas y escritos sobre literatura científica.
El Papa Francisco, además de reflexionar sobre su propio Pontificado, manifiesta sus posicionamientos sobre varios temas de actualidad en 'Diez mandamientos', obra que ha publicado la Editorial Loyola.
"El libro está escrito en italiano y me he encargado de corregir la traducción al castellano", afirma José López Falcón, a quien este encargo le ha producido sorpresa, pero a la vez satisfacción de ser requerido para una obra de tal repercusión, tanto por el contenido como por la figura de la que hablamos, el máximo responsable de la Iglesia católica en el mundo.
No obstante, la trayectoria de López Falcón ya es de sobra conocida en el ámbito de la corrección de obras, ya que ha corregido unos 2.000 libros durante quince años especializado en este campo profesional.
López Falcón, licenciado en Filología Francesa, marchenero que durante muchos años ha vivido en Sevilla, gran aficionado al atletismo y actualmente residente en la localidad onubense de Aljaraque desde hace siete años, impartió clases de Lengua y Literatura en un Centro de Educación para Adultos de Sevilla en el inicio de su devenir profesional.
Nos cuenta el corrector marchenero que, ya de pequeño, siempre fue muy aficionado a la lectura. Los libros de Historia, Biología y Ciencia en general despertaban su interés, así como textos académicos que eran de su gusto y también obras de teatro.
Hace poco más de quince años, el director del Centro de Estudios Vector (calle Gerona, en Sevilla), donde López Falcón impartía sus clases de Lengua y Literatura, le trasladó que el dueño de la editiorial MAD necesitaba que se corrigieran "un montón de libros" de Certificados de Profesionalidad. De esta forma, una vez que José aceptó este trabajo, comenzó su andadura en el ámbito de la corrección.
López Falcón superó dos cursos de corrección en la Escuela de Corrección por excelencia de España, en Madrid, Cálamo y Cran. Los estudios específicos en la materia y su propia formación universitaria le han servido para sentirse muy realizado en su desarrollo profesional: "Fue un proceso lento, el primer año y medio cogí pocos libros, pero poco a poco vas haciendo tu trabajo y así hasta la fecha", donde el corrector marchenero trabaja ya para once editoriales.
La corrección de obras y textos divulgativos del campo científico es una de sus parcelas más habituales. De hecho,los libros de Ciencia y de Historia que acompañan a las últimas ediciones de la revista 'Muy interesante', han contado con la labor de corrección de López Falcón.
La corrección de libros puede ser la básica y normal, en la que se corrige la ortografía, signos de puntuación; y por otra parte la denominada 'corrección de estilo', en la que se trabaja más en profundidad la organización del texto, la búsqueda de mayor precisión en el empleo del vocabulario, la valoración de lo que puede faltar o sobrar, y en definitiva, se genera un enriquecimiento de la obra del que acaban aprendiendo todas las partes. En la corrección básica se suele emplear un par de días y en la de estilo tres o cuatro días, según expone el entrevistado.
José López Falcón asegura que el trabajo de corrector de textos es "más intenso de lo que nos podemos imaginar", al punto de que se toma pequeños descansos como máximo cada 45 minutos, puesto que en el desempeño de su labor ha de estar atento "tanto a lo que se ve como a lo que no se ve". De hecho, con el paso de los años y gracias a la práctica "detectas cosas de las que antes no te percatabas".
La relación del escritor con el corrector resulta importante para la conclusión de un trabajo de corrección adecuado, siendo más que necesario "que exista diálogo entre las partes". A partir de ahí, hay autores que apenas ponen objeciones, otros que cuestionan casi todo, y en cualquier caso, la obligación profesional del corrector por delante: "Ante cualquier duda, me paro y llamo al autor o al editor", expresa José López Falcón, que al final de cada trabajo realiza un informe de fallos que remite al autor de la obra.
No obstante, a la pregunta de hasta qué punto se involucra un corrector de libros en la trama de la obra, López Falcón afirma que "evidentemente te enteras del contenido del libro, pero el corrector se tiene que abstraer de la trama. Yo me centro en lo mío, en localizar lo que falta, en tener en cuenta todo lo que debo tener, en cómo mejorar el texto".
Durante la conversación, además de los libros comentados, van saliendo otros a la palestra. José López Falcón ha sido corrector de libros del famoso columnista y escritor Alfonso Ussía, o del ex entrenador del Betis, Pepe Mel, que publicó una obra sobre la expulsión de los judíos de España, 'La llave sefardí', y es también corrector de la última obra de la sevillana de ascendencia marchenera Montse Arispón, el relato 'Calla', del que valora "una trama muy bien escrita sobre un tema bastante duro, como la violencia que hay no solo en la pareja y en la familia, sino en la sociedad, es una obra que recomendaría porque está bastante bien".
En su especialización en Ciencia Divulgativa, se encuentra actualmente corrigiendo una obra sobre el tema del infinito, que tanto da que hablar, a la vez que trabaja una novela escrita por un escritor murciano sobre un cuadro de Goya, 'El retrato de Manuel Godoy', que viajó en el Titanic hacia Estados Unidos y se perdió, trabajo que presagia que resultará fascinante.
José López Falcón valora que "hay mucha gente que escribe muy bien y realiza auténticos trabajazos", a pesar de que "muy pocos autores logran vivir" de la literatura en un mercado en el que los más célebres copan el circuito editorial.
El corrector marchenero recomienda a quienes se quieran dedicar a la corrección, "ante todo paciencia" tanto en el propio trabajo en sí como en los inicios de sus andaduras profesionales, "preparación, formación en Filología, leer mucho y hacer cursos especializados donde se empapen de técnicas para corregir", toda una amalgama de factores que en su caso le han llevado a contar con una dilatada trayectoria.
"Ver que le das tu aportación personal a algo, y que mejora y el autor queda contento de tu trabajo, es la mayor satisfacción que uno se puede llevar y sirve de motivación para seguir corrigiendo obras", concluye López Falcón, al que felicitamos porque sigan requiriéndolo para desempeñar su labor en numerosos ámbitos y en obras literarias de extraordinaria repercusión.