Cultura

El grupo de Jazz Flamenco La Bejazz de Marchena actuó en concierto el pasado miércoles en la Necrópolis de Carmona, monumento emblemático de la localidad vecina, cuyos alrededores quedaron totalmente colapsados de coches que viajaron para presenciar el concierto de esta formación musical, que para nada defraudó a los aficionados en la noche de verano cálida y agradable que se vivió durante la hora y media de concierto del grupo.


Comenzó Melchor Chico con un solo por granaína, dulce y melódica, como no puede ser de otra manera tanto por el género como por el guitarrista. Melchor y granaína fue una mezcla sin duda idónea por la que optó la Bejazz para que los sones de las cuerdas de Melchor Chico comenzaran poco a poco a acariciar a la brisa, y la brisa y la guitarra a provocar los primeros cosquilleos y gestos de admiración de las más de 500 personas que abarrotaron el pequeño recinto de entrada a la Necrópolis, en el que el público de nuestra localidad y los incondicionales con los que cuentan los Carmona en el pueblo que les da el apellido pudieron disfrutar de una música y un ambiente realmente agradable.

Continuaron con sus grandes temas de Plaza Arriba durante toda la noche con el contrabajo de Javier Carmona, el piano de Javier Carmona, la percusión de Pablo Carmona y el saxo de Bernardo Parrilla, acompañando al maestro a la guitarra, y de nuevo se fundieron jazz y flamenco, suavemente, sutilmente, como amantes que se encuentran en un camino que ya conocen pero que nunca dejan de explorar, absolutamente compenetrados, aunque de vez en cuando buscando nuevas pulsiones, nuevas mezclas, nuevas combinaciones, nuevos ritmos y nuevas pausas. Así sucede por ejemplo cuando Melchor Chico toca la nana para su hijo Gonzalo y en el momento en el que parece que la guitarra domina por completo, aparece el siempre sonoro jazz esta vez como acompasando, como si sonara por palmas flamencas; impresionante.

Así transcurrió el concierto de jazz flamenco de estos auténticos artistas que han creado algo nuevo y notable y que no paran de abrirse nuevas puertas por toda Andalucía y quien sabe si pronto por el extranjero. Con la exitosa rumba Ali fueron entrando en el tramo final del concierto; es una composición con la que disfrutan enormemente estos músicos y que suena muy fresca y bailable, continuaron con la canción de Melchor a Gonzalo y de pronto llegó el turno para Pablo Carmona, enorme en su manejo del descomunal vibráfono y concentradísimo en la soleá que interpretó con el complicadísimo instrumento, su remate fue sencillamente genial.

El público pidió entonces otra y llegó La Leyenda del Tiempo. Si el jazz quiere rendir homenaje al flamenco, no ha podido tener mejor elección Bejazz con no dejar escapar este tema de Camarón, y buena fe que volvieron a dar de ello todos los componentes del grupo, que con el prólogo de Melchor acariciando los acordes de la mejor canción del de la Isla, se lucieron y vibraron cada uno con un solo, para en estructura circular, volver a La Leyenda del Tiempo y dejar que la música surgiera, como a lo largo y ancho del concierto y como casi siempre sucede en la Bejazz, flotando como un velero, en este caso, entre los alegres tonos del jazz.